El charco del aborto
01/10/2010 - 09:45
El comentario
Lo primero que habrá que decir es que ya existe una ley del aborto en España. De Despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo para ser exactos y en tres supuestos: violación, malformación del feto o el famoso tercer supuesto donde a los posibles riesgos físicos para la vida de la madre se añadió psíquicos.
La ley lleva en funcionamiento desde mediados de los 80. El número de abortos supera los 100.000 anuales y lo que ha empezado a resultar estremecedor es que por el coladero de los psíquico se han llegado a practicar abortos con muchos meses ya de gestación. Hasta siete se han denunciado en algún caso. Y ello es, sin que medie religión alguna, una auténtica atrocidad. El aborto pues está regulado en España y es legal en ciertos supuestos y se practica. El PP gobernó durante ocho años y no tocó esa ley. Y sin embargo, y dejando, lo reitero criterios religiosos a parte en lo que no entro ni salgo, la ley era necesario reformarla porque sus vaguedades, consecuencias de la época en que se promulgo, se habían convertido en estremecedores portillos de inseguridad jurídica tanto para las mujeres como para los médicos. Una ley de plazos que estableciera un criterio parecía mejor solución que lo actual. Y me lo parece. Desde siempre y si en su tiempo no se pudo o no se atrevieron los legisladores a hacerlo así quizás ahora paguemos aquel error. Así que podía ser este el momento. Establecer el plazo en 12 ó 14 semanas parece lo más sensato dejando alguna salvedad de cierta enfermedad que no puede detectarse hasta los tres meses largos. Pero ahí empezó el desbarre y el disparate. Por un lado se encomienda tal cuestión no a Justicia sino al Ministerio de Igualdad. Hay una clara intención política y publicitaria, de confrontar sociedad en un asunto tan extremadamente delicado. Y Bibiana Aido se descuelga con la pretensión de que las niñas menores de edad, y a partir de los 16 años, puedan abortar sin el consentimiento de sus padres o tutores. Si se pueden casar también pueden abortar es todo su argumento. Es una barbaridad. No tiene otro nombre. Y repugna. Al margen de creencias, al margen de religiones. Si la mayoría de edad esta establecida a los 18. Si una niña no puede votar, ni fumar, ni comprar alcohol, ni operarse ni tantas y tantas cosas porque se la considera aún inmadura ¿puede abortar? Eso no es progresismo. Es una aberración y un camino que lleva a muy malos pasos a las generaciones futuras. Lo exponía con toda claridad el veterano socialista Rodríguez Ibarra y estoy seguro que así lo piensan muchos votantes y militantes del PSOE y muchas gentes de pensamiento laico. Otra cuestión a parte es la religiosa. Los obispos han salido en tromba. Es lógico que lo hagan. Así han opinado siempre y lo único que sucede es que ahora han utilizado todo el estruendo mediático posible. Están en su derecho. Pero en el fondo son el mejor aliado por contradicción de la ministra y el PSOE, pues puede presentarlos como la caverna. Pero fuera de los extremos habrá que buscar la sensatez. Y esa no está ni en la manifestación del domingo ni en las niñas abortando libremente a los 16 que pretende Aido.