El conseguidor
12/12/2011 - 00:00
El yerno del rey es un señor que puede trabajar en muchas cosas. Es más, que debe trabajar como cada hijo de vecino. Puede hacerlo de lo que quiera y en aquello para lo que esté capacitado. De ingeniero o de fresador, de lo que le dé la gana y pueda. Pero una de las cosas de las que no puede trabajar un yerno del rey es de conseguidor. Precisamente porque es el yerno del rey. Y eso es lo que ha hecho Iñaki Urdangarín.
Las hermanas del Rey, doña Pilar y doña Margarita llevan muchos años casadas con dos señores que desde siempre han trabajado en lo suyo, uno de médico y el otro de abogado. Y no han dado que hablar por ello ni media palabra. Tienen los hombres su oficio y con él se ganan la vida. Quizás el problema es que Iñaki Urdangarin era jugador de balonmano.
Y muy bueno por cierto. Pero de vida profesional corta. Y claro luego viene el después.
Los negocios del yerno, no sé que es más peligroso si un yerno, un primo o un cuñado, están resultando venenosos para la Casa Real Española. Porque más allá de su licitud y legalidad, que eso habrá de resolverlo la justicia, está el hecho evidente de que se hacían y conseguían por "ser vos quien sois". O sea, el yerno. Y ello no resulta ni ético ni estético. Que el tufo de favor y de tráfico de influencias tira para atrás, vamos.
Hasta ahora la Monarquía y sus aledaños habían sido el último tabú periodístico de España. No se cuentan las frivolidades de tacones o los chismorreos de pamela. Hubo algún apunte crítico en tiempos sobre algunas amistades no muy recomendables y que devinieron en peligrosas de don Juan Carlos.
Pero tuvo aquello corto recorrido y tupido velo. Ahora se ha rasgado la cortina. Los negocios del Duque de Palma han calado en la conversación cotidiana de las gentes del común. Y en un tiempo de crisis, angustia y preocupación generalizada provocan rechazo y enfado. Un malestar que toca a la puerta de la institución y le urge a dar una respuesta. Y la que han dado no convence a nadie. No vale ni siquiera de cortafuegos. Como tampoco apaga la hoguera ese comunicado del afectado imposible de creer a la luz de los hechos y del mínimo sentido común. Si le daban los contratos a precio de oro era precisamente por ser quien era. Y por eso lo único que no puede ser el yerno del Rey es un conseguidor.