El consenso y la decisión gubernamental
01/10/2010 - 09:45
Por:
Editorial
La Comisión Interministerial para la selección del emplazamiento del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares se reunía el pasado 4 de febrero para analizar las 14 candidaturas presentadas y determinaba que ocho de ellas eran las admitidas y cinco las excluidas provisionalmente, entre ellas la de Villar del Pozo.
Consumido el plazo de 10 días para formular alegaciones sobre su falta de admisión o subsanar los defectos de sus candidaturas, el Ministerio está a punto de publicar una nueva lista en la según los rumores se podría repescar a uno de los municipios descartados en un primer momento, siendo nueve los candidatos definitivos a albergar el ATC. Se daría un paso más en un proceso que muchos intuyen no quedará resuelto hasta el último Consejo de Ministros del actual curso político. Quedan pues casi cinco meses para conocer la decisión definitiva del Gobierno sobre cuál será el emplazamiento de la instalación nuclear. Ahora, una vez resuelto el trámite de las alegaciones, y a la espera de la publicación de la lista definitiva de candidaturas admitidas y excluidas, previo acuerdo de la Comisión Interministerial, se procederá al análisis del término municipal de los candidatos definitivos y a comunicar a los afectados las zonas no aptas para albergar el ATC y su centro tecnológico. Después de este análisis, la Comisión estudiará los terrenos propuestos y elaborará un informe de propuesta que reflejará las ventajas de los distintos emplazamientos. Será en ese momento cuando el documento con las propuestas pasará al Gobierno que, mediante acuerdo del Consejo de Ministros, designará el emplazamiento elegido para albergar el almacén nuclear. Un proceso en el que las prisas parecen marcar la necesaria creación de un ATC que tardará años en hacerse realidad y que desde hace décadas se viene calificando de necesario. En estos días se dará el pistoletazo de salida para una carrera en la que Yebra parece estar bien colocada, y eso, a pesar de la oposición de buena parte de la sociedad alcarreña. Sólo queda esperar que esa falta de consenso social pese en la decisión gubernamental.