El contrato moral

08/10/2018 - 19:25 Jesús Fernández

Es peligroso el acercamiento de los políticos a las universidades. 

La democracia y su configuración  van girando del contrato social, que decía Rousseau, al contrato moral,  una de cuyas  partes es el pueblo con su soberanía y libertad. Siempre hemos dicho que los dirigentes políticos salen del pueblo y reflejan a ese pueblo, a su cultura, al que, nunca mejor dicho, representan en todas sus facetas. Si tenemos políticos corruptos, es porque hay una sociedad corrupta previa, unos individuos deshonestos formando parte de ella. Lo malo de nuestra democracia no es que haya políticos sino que ellos están en todas partes, lo invaden todo. Antes fueron las Cajas de Ahorro, ahora son las Universidades. Quieren mandar en todo, ocupar puestos por sí mismos o por sus miembros, delegados mandados y terminales. No admiten la autonomía de las instituciones, sean naturales, económicas, educativas, de la sociedad civil. Creen que, en democracia,  todo es convencional, pactado, negociado con ellos y para ellos.

Es peligroso este acercamiento de los políticos a las Universidades, Antes veíamos con recelo y perplejidad que saliesen de ellas pero ahora vemos con estupor que entren en ellas. Creen que su financiación les da pie para entrar en todas ellas. Hacen negocio con autorizaciones, permisos, implantaciones, concesiones, licencias. Lo suyo es cobrar por conceder y autorizar. Es el negocio de las administraciones públicas. Todo se reduce a un favor recíproco. Tú me das títulos y “master” y yo te asigno  recursos y financiación. Pero también las instituciones se acercan a los políticos y les quieren tener de su parte.

En la sociedad hay sitio para todos y cada uno o cada grupo tienen su función sin necesidad de invadir unos la responsabilidad de los otros. Los valores (moral) y los derechos (leyes) son el techo de nuestra democracia. Esto es pluralismo e igualdad. Lo demás es supremacía y dominio. Hablamos mucho de “competencias” en educación: competencias cognitivas, competencias para la igualdad de género, para la paz, la convivencia. ¿Por qué no hablamos y preparamos a los jóvenes en las competencias o aptitudes  morales? No se nace con ellas sino que ellas nacen en el aprendizaje  y en la educación.