El control de la epidemia

Llevamos apenas una semana fuera del estado de alarma y el Gobierno nacional se ha visto obligado, primero, a decir que hará primar la salud en caso de un posible rebrote, declarándolo de nuevo donde sea preciso,  y posteriormente a aclarar que no se lo está planteando ni a corto ni a medio plazo porque la pandemia está controlada y lo importante es reaccionar con los instrumentos adecuados  ante los nuevos casos, como está sucediendo en los  más de una docena existentes en el país, que no obstante han obligado a tomar medidas restrictivas. Ya durante los 98 días de excepcionalidad el presidente advirtió de posibles pasos atrás en la evolución de la pandemia. Y todos estos avisos, sustos o sobresaltos sucedían a la vez que en nuestra provincia el número de contagios aumentaba considerablemente en las dos últimas semanas respecto a las anteriores. Ahora sabemos que el motivo del incremento es la realización de pruebas de manera intensiva en los 97 centro socio sanitarios, residencias de mayores y casas tuteladas, para conocer con mayor exactitud su situación interna y permitir las visitas pero siempre con seguridad e información. A este esfuerzo de tres equipos de Geriatría que se han recorrido el casi centenar de centros detectando en torno a 85 casos se suma el incremento de pruebas en Atención Primaria, que ha permitido detectar a otra treintena de contagiados y el trabajo de las enfermeras de vigilancia epidemiológica que realizan seguimientos a todos los contactos directos que ha tenido un contagiado y que ha llevado a encontrar y aislar a otras trece personas evitando así otras tantas vías de rebrote en Guadalajara. El Gobierno regional está trabajando de manera exhaustiva en la localización de casos para actuar de inmediato frenando la propagación y en el mejor conocimiento de la patología para lo que realizará la próxima semana un estudio serológico para saber el nivel de inmunidad de la ciudadanía frente al virus. La batalla epidemiológica continúa y no debe  alarmar el anuncio de nuevos casos siempre que no sean por un rebrote, pero tampoco hay que hacer oídos sordos a las advertencias de la Organización Mundial de la Salud en el sentido de que el virus sigue activo en el mundo ni mirar hacia otro lado ante esos repuntes que se están dando en nuestro propio país y en el entorno. Miedo no,  cuidado y precauciones todas, para que la peor de las pesadillas, una vuelta al inminente pasado, no se haga realidad y en ello la responsabilidad individual jugará un papel determinante y más a medida que crezca la movilidad y la actividad.