El debate sobre la Prisión Provincial

21/03/2014 - 23:00 Redacción

El Grupo Socialista en la Diputación ha puesto sobre la mesa esta semana la necesidad de dar utilidad a un edificio muy representativo de la historia de nuestra ciudad, la Prisión Provincial, en la actualidad cerrada y sin ningún tipo de uso. Su portavoz explicó con documentación los motivos por los que la administración provincial tiene derecho a pedir la titularidad del inmueble cuya construcción a finales del siglo XIX se realizó con aportación de 28 municipios del partido judicial de Guadalajara. La Diputación gestionó el uso del edificio hasta que lo cedió al Ministerio de Justicia. El problema ahora de volver a disfrutar de su propiedad es que ello implica la obligación de hacerse cargo de sus gastos y necesidades. El simple arreglo del tejado podría costar entre cuatro y cinco millones de euros, según explica la actual presidenta. Lo principal es tomar conciencia de que es un patrimonio histórico y arquitectónico de primer orden no solo para la ciudad, sino para toda la provincia de Guadalajara, y de que no puede quedar sumido en el abandono. Muchas cárceles de España han sido reconvertidas en espacios en su mayoría al servicio de la cultura, otras han terminado derruidas y eso es lo que debe evitarse.
La Prisión Provincial ha de mantener su estructura y singularidad y convertirse en un edificio público para disfrute de vecinos y turistas. La coincidencia de color político en las diferentes administraciones con competencias debe aprovecharse para la firma de los convenios necesarios para acometer la rehabilitación o reforma del edificio dentro de un plan integral que contemple también la funcionalidad que va a tener. Antes de que prosiga en su deterioro debería crearse una comisión con representación política, ciudadana y de expertos en construcción y arquitectura para evaluar el estado real de la estructura, las reformas a acometer y el fin al que destinarlo teniendo en cuenta las necesidades e intereses de la ciudad en la que se integra. Es toda una oportunidad, un ilusionante proyecto para incorporar a la capital una nueva infraestructura. No puede afrontarse como un problema.