El delegado inoxidable

18/01/2011 - 00:00 Rafael Martínez Simancas

Esto de que los míos son sacrosantos y los otros unos perversos es bastante soso por lo previsible del argumento. Si a lo que juegan el PP y el PSOE es a aburrir al personal para que no vote parece que lo van consiguiendo poco a poco. Los otros son muy malos pero cuando inhabilitan a una de los míos, caso de Trinidad Rollán (número 2 de Tomás Gómez en Madrid), entonces los míos son estupendos. Dan ganas de tocar el silbato como el árbitro en mitad de un partido y decir que ya vale. Lo último es el episodio de la agresión al consejero de Cultura de Murcia, el Gobierno lejos de reconocer que su Delegado no se cosca de la misa la media lo que hace es mantenerlo como recompensa a su labor mal hecha. Se supone que alguna responsabilidad tendrá, aunque sea sólo en el terreno del mantenimiento del orden público, uno de los pilares básicos de la convivencia democrática. Cada minuto que pasa sin que sea destituido es un escarnio y una mofa al resto de ciudadanos. A este paso terminan dándole una medalla a Rafael González Tovar, quizá la del mérito al Pasotismo con distintivo carmesí, seguida de un cóctel servido en los jardines del Ministerio del Interior. Lo menos que puede hacer la máxima autoridad de la seguridad pública en una comunidad donde ha sido agredido físicamente un alto cargo es dimitir por no tener los recursos suficientes para responder a la agresión. No se trata de una pelea en un bar porque no dejan encender un pitillo, o una riña de tráfico; es algo mucho más serio y resulta extraño que el Gobierno haga piña alrededor de uno de sus peores defensores. Mantenerle en el puesto sólo alimenta una discusión que no lleva a ninguna parte y que enciende los ánimos. Su comportamiento no ha sido el más adecuado y se entiende mal que Interior quiera hacer de él un santo varón con derecho a alitas en el purgatorio. Cansa ver cómo el Gobierno aplica los famosos "test de estrés" a todas las parcelas en las que es criticado y se lanza a por los que osan poner en duda sus leyes y nombramientos. Igual es que con el Delegado del Gobierno en Murcia ensayan un programa de estrés para candidatos, quizá estén con las pruebas del Delegado inoxidable, inmune a las críticas que puedan provocar erosión en sus funciones. Algo de esto debe existir porque si se tratara de un Delegado normal ya no estaría en su puesto, pero los que son inoxidables pueden soportar cuántos chorreos les caigan encima. Debe ser otro de los experimentos de la fábrica "Rubalcaba & Acme".