El Día de Europa: celebrando un estímulo de progreso

14/05/2012 - 15:55 Redacción

El ciclo de los aniversarios nos sitúa un año más en el Día de Europa, y su celebración invita a reflexionar sobre este ambicioso objetivo-realidad que es la construcción de una Europa Unida, armónica en lo político, cohesionada en lo económico y solidaria en lo social.
    Como castellano-manchegos, esta fecha nos motiva a recapacitar especialmente sobre la relación de Castilla-La Mancha con la UE, partiendo del reconocimiento objetivo de que el rápido desarrollo de nuestra Comunidad Autónoma en las últimas décadas ha dependido en buena medida del impulso aportado por los distintos fondos de cohesión europeos.
    El jueves hacía exactamente 62 años, el 9 de mayo de 1950, el entonces ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman, hizo pública su propuesta para la creación de una Europa organizada, que se ha interpretado como el germen de lo que actualmente es la Unión Europea.
    En aquellos días, solo cinco años después de la Segunda Guerra Mundial, el mundo se tensaba peligrosamente con la dialéctica de la “Guerra Fría”, que hacía temer la reanudación de otro conflicto bélico mundial. Las líneas iniciales de la llamada “Declaración Schuman” eran elocuentes al respecto:
    “La paz Mundial solo puede salvaguardarse mediante esfuerzos creadores proporcionados a los peligros que la amenazan. La contribución que una Europa organizada y viva puede aportar a la civilización es indispensable para el mantenimiento de unas relaciones pacíficas. (…) Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho. (…) Esta propuesta establecerá los cimientos concretos de una federación europea indispensable para el mantenimiento de la paz”.
    Diez años después, en 1985, los jefes de Estado y de Gobierno decidieron en Milán celebrar el Día de Europa el 9 de mayo, aniversario simbólico y conmemorativo de la Unión Europea, que por entonces se llamaba aún Comunidad Económica Europea (CEE). Desde entonces, en esta fecha, se celebran multitud de actividades con carácter festivo orientadas a potenciar la conciencia de europeos entre los ciudadanos de la Unión, favoreciendo el sentimiento de hermandad entre los pueblos que la integran.
    Lo que empezó siendo un instrumento nacido para fomentar la cooperación económica como fórmula para aumentar la interdependencia económica de los países y disminuir así las posibilidades de conflicto bélico entre ellos, se ha convertido con el paso de los años en un gran mercado único con una misma moneda, que, además de la paz y la estabilidad, promueve la prosperidad de sus países miembros. Y un ejemplo de ese papel impulsor de prosperidad es, sin duda ninguna, Castilla-La Mancha, gracias fundamentalmente a las ayudas europeas y al trabajo constante de los castellano-manchegos.
    Si hacemos un cálculo de los beneficios que Europa ha supuesto para nuestra región, hallamos que desde 1985, en que España se incorpora a la CEE, hasta el próximo año 2013, en que acabará el actual periodo de programación, Castilla-La Mancha recibirá más de 14.000 millones de euros en ayuda de fondos estructurales. Ello se ha traducido en más y mejores carreteras, nuevas depuradoras, colegios, hospitales, ayudas al campo y a las empresas…
    Nuestra región se caracterizaba por ser una de las regiones de más bajo nivel de empleo y de producto interior bruto de la Unión Europea —alrededor del 50% de la media—, y los fondos llegaron a estas tierras como la lluvia a un campo sediento.
    Es un hecho innegable que el desarrollo experimentado por nuestra Comunidad Autónoma en las últimas décadas está ligado de manera importante a los fondos de ayuda europea, FEDER, FEOA Y FSE. De tal modo que puede afirmarse que el ingreso de España a la Unión Europea ha sido el acontecimiento más exitoso desde el punto de vista económico de cuantos han sucedido en las tierras castellano-manchegas a lo largo de toda su historia.
    La cuestión solidaria resulta esencial porque la Unión Europea entendió desde el principio que el modo de materializar los valores democráticos y la defensa de los Derechos Humanos es sobre todo mediante el desarrollo social y económico, así como el equilibrio medioambiental y regional, exclusivas herramientas capaces de garantizar un nivel de calidad de vida equitativo para todos sus ciudadanos.
    Aunque en la actualidad algunas encuestas registran cierta vfalta de identificación de los europeos en general con el proyecto de la Europa unida, lo cierto es que, desde nuestra perspectiva regional castellano-manchega, la UE constituye todavía hoy una aportación esencial en la conquista de mayores niveles de desarrollo económico y social. Y, como habitantes de una tierra que hace gala de ser agradecida, los castellano-manchegos así debemos reconocerlo.
    El Día de Europa, es el día más oportuno para que festejemos nuestra condición de ciudadanos de Europa y nos congratulemos de vivir en una privilegiada parte del mundo donde, a la par que se ha alcanzado importantes cotas en la calidad de vida de sus ciudadanos, se respetan y difunden valores fundamentales como la Democracia y los Derechos Humanos.