El día de la Benemérita

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

EDITORIAL
La Guardia Civil celebraba ayer la festividad del Pilar. Un día de reconocimiento al duro esfuerzo que se viene desarrollando en una provincia en la que durante el pasado año se ha logrado contener el ascenso delictivo registrando en periodos anteriores. Pero no sólo eso. Este día de fiesta también sirve para reflexionar sobre la situación de un Cuerpo que, con más de 150 años de existencia, constituye uno de los patrimonios más queridos y estrechamente vinculados al pueblo español.
Pero en la actualidad el trinomio naturaleza militar, jerarquía y disciplina es difícil de justificar en un Cuerpo de seguridad ciudadana porque supone una serie de repercusiones jurídicas en su personal de orden penal, disciplinario y estatutario y una limitación en el ejercicio de algunos derechos fundamentales que entrañan una discriminación con respecto a los de los componentes de otras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, que podrían atentar contra los principios de igualdad, necesidad y proporcionalidad. El problema que se plantea, pues, no es otro que el porqué de este trato diferenciado y la necesidad del mismo, así como su operatividad en un concepto de la defensa nacional, como el actual, que en un principio lo justifica legalmente. El modelo en el que ha recalado el Cuerpo en la actualidad es el siguiente: organización y disciplina militares y dependencia totalmente civil, salvo en las misiones que la defensa nacional le confiere legalmente. Todos estamos de acuerdo en que es imprescindible una desmilitarización basada en contemplar la jerarquía y la disciplina con el carácter instrumental que la sociedad les reconoce. La exigencia de la disciplina debe estar concebida con las matizaciones propias de los tiempos actuales y las referentes a la propia organización, que han de ser perfectamente compatibles con la función específica de seguridad ciudadana, su verdadero objetivo.