El empleo y la hipoteca

18/11/2010 - 00:00 Francisco Muro

Después de decenas de declaraciones públicas del Gobierno acerca de que "la recuperación ya ha comenzado" y que "lo peor ha pasado", hasta el presidente Zapatero se ha convertido al realismo y lo ha reconocido: la recuperación es incierta, el empleo no va a crecer sustancialmente. ¿se puede hacer algo más? El Gobierno parece no saber cómo. Podía empezar por una reforma a fondo del INEM, uno de los organismos públicos más ineficientes y que menos cumple lo que promete: Instituto Nacional "de Empleo", cuando en realidad es sólo una máquina para gestionar el desempleo. ¿Cuántos puestos de trabajo se ocupan gracias a la gestión del INEM? Menos de un 2 por ciento. ¿Cuántos desempleados han sido llamados por el INEM para ofrecerles un puesto de trabajo o para darles formación que les permita acceder a otro puesto de trabajo? Cuatro millones de desempleados españoles pueden testificar. ¿Sabe el INEM cuántos desempleados trabajan a pesar de estar cobrando el desempleo? Hay ya más perceptores de subsidios que de prestaciones contributivas. El incremento del número de perceptores del subsidio de desempleo en el último año ha sido del 49 por ciento. El porcentaje de españoles que viven bajo el umbral de la pobreza es superior al 20 por ciento. Más de 1,2 millones de ciudadanos activos pero sin trabajo, no perciben ningún ingreso por no haber cotizado lo suficiente o por haber agotado el subsidio. ¿Es posible que casi 1,4 millones de desempleados puedan subsistir con menos de 500 euros? Pues esa es, a grandes rasgos, la radiografía de un problema social que debería hacer que políticos, sindicatos y patronal estuvieran reunidos sin parar hasta encontrar soluciones. Pero el diálogo social está muerto y el Gobierno parece no tener soluciones. Según un informe del Ministerio de Trabajo, la de la vivienda es la última factura que se deja de pagar. Ese es otro de los dramas sociales de este momento. Quedarse sin techo es la última tragedia de los que han perdido el empleo y la esperanza. Los bancos son los mayores dueños del parque inmobiliario español. Muchos ciudadanos que se acercan a pedir condiciones para una hipoteca salen corriendo de las sucursales porque las condiciones son imposibles. Pero los que dejan de pagar porque no pueden, no sólo pierden su casa y se quedan a la intemperie, sino que se convierten en deudores de por vida del banco que les dio la hipoteca. Entre enero y marzo de 2007 se ejecutaron 5.688 hipotecas. En el mismo período de 2010, 27.000. Los casos han crecido un 126 por ciento en 2008 y un 59 en 2009 (114.000 ejecuciones). No hemos llegado todavía a lo que denunciaba el Premio Nobel Joseph E. Stiglitz sobre Estados Unidos - "ha habido en los últimos meses varios casos de personas a quienes se ha desposeído de sus casas pese a que no tenían deudas"- pero hay 1,4 millones de créditos susceptibles de entrar en ejecución hipotecaria. 1,4 millones de posibles tragedias humanas. .