El espíritu crítico ‘invade’ la provincia

09/07/2011 - 00:00 Redacción

Los ‘indignados’ barceloneses del Movimiento del 15 de mayo emprendían el pasado 25 de junio su ‘Marcha indignada’ en dirección a la Puerta del Sol de Madrid. La propuesta vino desde el grupo que durante semanas estuvo asentado en la capital de España y tuvo buena acogida por parte de los catalanes, que siempre han insistido en que el gesto debe medirse cualitativamente y no cuantitativamente (porque es algo simbólico que tiene como fin compartir el espíritu crítico que caracteriza a esta corriente). Ayer, un centenar de caminantes comenzaban en Pobo de Dueñas su periplo por nuestra provincia que les llevará a localidades como Molina, Taravilla, Beteta, Cañamares, Valdeolivas, Córcoles, Alhondiga y Fuentelviejo, entre otras. En ellas realizarán asambleas en las que darán a conocer sus argumentos, pero también recogerán las reivindicaciones de una Guadalajara rural que también se hace partíocipe del hartazgo general. Buena muesta de ello es el encuentro que mantendrán hoy con los miembros de La Otra Guadalajara, en el que expondrán la necesidad de que se acabe con la discriminación que padecen las comarcas del interior en cuanto a infraestructuras y servicios. Hasta el día 21 estarán por las tierras alcarreñas ya que  los organizadores tienen previsto llegar a su destino el 23 de julio. Se trata de mantener vivo un espíritu que pone de manifiesto que vivimos tiempos de cambio. En lo político y en lo social. De la desesperanza, ante la imposibilidad de encontrar trabajo, mezclada con la indignación que provocan los privilegios de la clase política, más el añadido de la arrogancia con la que se comportan algunos personajes del mundo de las finanzas, nació el impulso que cristalizó en este movimiento. De las acampadas se pasó a las manifestaciones masivas y de ellas a las asambleas por los barrios y las marchas organizadas por todo el país. Ahora la gente se ha echado a la calle. Es un modo de demostrar que se sienten frustrados, decepcionados, estafados en sus expectativas vitales, tan falsamente prometedoras.