El Fitur de las colas innecesarias
01/10/2010 - 09:45
ORTIGA
El visitante a Fitur que quisiera acceder a las 10 de la mañana para acudir a la inauguración tenía una tarea imposible por delante. Masas de gente yendo de un lado para otro, asesoradas por un servicio de seguridad mal informado; colas que no estaban bien definidas; malas contestaciones derivadas de la excesiva tensión provocadas por el enfado de la multitud que estaba desorientada.
Éste fue, en pocas palabras, el resumen de la situación de descontrol existente a las puertas del recinto ferial al que se tardó por la mañana una media de una hora en acceder. El visitante se preguntaba dónde se encontraba alguna persona que pudiera informar sobre el lugar de acreditación que no fuera un malhumorado vigilante de seguridad agobiado por su doble tarea de informar y vigilar a la vez. Se preguntaba dónde estaba la fila, ya que se producían aglomeraciones que ponían a prueba su paciencia. Una vez que accedía al recinto, se cuestionaba dónde estaba la mesa de acreditación. Finalmente, una vez dentro, la cosa no era para tanto. No había aglomeraciones, ni caos. No había tanta gente como parecía. Sin embargo la organización no fue, ni mucho menos, buena.