El fracaso de Europa

16/08/2011 - 18:04 Amadeu Rosell

A pesar de los años trascurridos, aún guardo en mi retina la imagen aparentemente eufórica del joven socialista Manuel Marín, miembro de la comisión negociadora para la entrada de España en la Unión Europea.

Aquella euforia no llegó a calar en los adentros de mi ser, tuve mis reservas, y por desgracia, el tiempo quiere darme la razón, puesto que los países miembros comienzan a diferenciarse unos de otros. Los mas pobres siguen siendo pobres, les falta impulso para seguir a rebufo de la locomotora, mitad francesa, mitad alemana.

Pero la situación no es algo anormal, es "una copia de la situación española", con la única diferencia de que en lugar de países nosotros tenemos autonomías, pero se desmoronan por igual, como los castillos de arena, y no es por nada en especial, simplemente, porque imperan objetivos a todas luces "insolidarios".

Las diferencias con los Estados Unidos de América son muchas. Allí hay 58 estados, pero "una sola bandera", y además, todos son y se sienten americanos. Por el contrario, en Europa no sucede igual, son muchas las banderas, como también lo son en nuestras autonomías.

Diferentes banderas, diferentes idiosincrasias, diferentes intereses, pero todos con un objetivo único, "conseguir la mejor tajada", como la "madrastra" del cuento.

En un análisis somero, se vislumbra, que los ya muchos años de la Unión, esencialmente han servido para que Alemania nos venda sus coches y su tecnología, y Francia abra sus hipermercados a lo largo y ancho de nuestro territorio, ahí tenemos a Carrefour e Intermarché.

Muy al contrario, nosotros que somos menos ricos -o más pobres-, no podemos circular libremente por las carreteras francesas, pues nos volcaban y nos siguen volcando los camiones, así no es posible una convivencia saludable.

Sinceramente, creemos que en Europa faltan líderes auténticos, hombres de Estado, hombres de Europa, de primera fila, a los de ahora, solo les preocupa no enfadar, ni romper las disciplinas autoritarias de sus partidos.