El grillo cojo

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El comentario
FERNANDO ALMANSA - Periodista
Se ha colado un grillo en casa, siempre en esta época del año los grillos se cuelan por la casa, y luego en cuanto bajan las temperaturas desaparecen, y es que los grillos son un buen termóstato natural.
El grillo que se ha colado en casa, hace movimientos muy extraños salta y da trompiquillas de forma incesante para acabar en el mismo punto de partida, describiendo extrañas figuras que se cierran sobre sí mismas. Cuando me acerco para ver el grillo en cuestión y estudiar su rareza locomotora, descubro que le falta una de las patas con las que dan sus saltos, por lo que su movimiento se ve descompensado, como barca con un solo remo.

Así ocurre en muchos aspectos de la vida, donde contar con un solo elemento propulsor de nuestras motivaciones e intereses, en lugar de hacernos avanzar hacia nuestra meta, nos obliga a permanecer encerrados sobre círculos viciosos, que se cierran sobre sí mismos sin conducir a ningún lado.

Por ello el grillo cojuelo, me hace pensar que podría ser un buen referente para aquellos políticos maximalistas, que iluminados por sabe Dios que verdad absoluta, se empeñan en avanzar a la pata coja, sin contar con las opiniones de los demás, para así lograr el equilibrio necesario para progresar de forma rápida y compensada.

Nuestro mutilado grillo, también podría ser referente para iluminados líderes religiosos, que sin contar con la sociedad a la que quieren llevar su mensaje mesiánico se esfuerzan en patalear con una sola pata; y contra más patalean, menos avanzan y más desesperan.

O por qué no, el lisiado insectito, podría ser un buen ejemplo para la Unión Europea, que se niega a reconocer que sus proyectos “brillantísimos” se han olvidados de su pata principal: el pueblo mismo, y se empeñan en avanzar a golpe de muñón.

Para los que no serviría de referente mi querido grillo paticojo, es para muchos ediles de municipios, que no dan vueltas en círculos, ni en ninguna dirección, porque carecen de todo sentido común y apoyo popular, instalados en su absoluta parálisis y sin patas con las que avanzar se dedican a darnos la tabarra a los ciudadanos que los sufrimos pacientemente.

He decidido coger el grillo con mis manos, y darle un impulso, a ver si al menos así alivio su frustración. A todos los grillos cojuelos del planeta, les dedico este empujón.
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