El impuesto de la discordia
15/09/2011 - 00:00
Hoy viernes conoceremos en detalle la recuperación del impuesto sobre el Patrimonio. El Consejo de ministros a petición del candidato socialista a la Presidencia del Gobierno. Rubalcaba hizo la petición, una vez que su equipo de campaña y él mismo se vieran sorprendidos por la decisión del Presidente de acudir, de la mano del PP, a la reforma express de la Constitución.
Los efectos recaudatorios del tal impuesto no son inmediatos. Si después del 20N continua en vigor, el recuento de lo recaudado se sabrá en 2013, cuando ya en España, y de acuerdo con todas las encuestas, será Rajoy quien habite en Moncloa.
En el fondo, lo de menos a la hora de la verdad es lo que se vaya a recaudar. Lo sustancial de este asunto es estrictamente político. El debate sobre el impuesto ha permitido que el candidato socialista ocupe espacio, se ha "cobrado" el disgusto de la reforma constitucional y emplaza al PP a tener que pronunciarse. Si Rajoy anunciara ahora que cuando llegue a Moncloa lo hará desaparecer, de inmediato pone en bandeja a los socialistas eso de que el PP no quiere que los ricos paguen más para que la crisis la paguen los más débiles.
No cabe duda que a partir de mañana hay metralla electoral porque este y no otro es el objetivo prioritario de este movimiento de última hora. ¿Alguien cree que el restablecimiento de este impuesto estaba en los planes del Gobierno cuando hace apenas unos años además de considerarlo obsoleto aseguraba que bajar impuestos era de izquierdas?.
En las filas socialistas, revueltas hasta en la pacífica Zamora, quieren ver en la decisión del Consejo que hoy se celebra en Moncloa una rendija para coger aire frente a un adversario _el PP_ que derrocha fortaleza y a un electorado que destila perplejidad y decepción.
Puestos a tomar decisiones, al Presidente no le ha costado dar gusto al candidato. En cierto modo se lo debía pero más allá de los cálculos políticos y electorales, el recorrido del impuesto que hoy se recupera es tan limitado como la convicción en su eficacia de quienes le han dado el visto bueno. Es decir, perfectamente descriptible aunque como es natural nadie en su sano juicio se puede oponer a que paguen más lo que más tienen. Este es otro debate
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