El intolerable talante impositivo del Gobierno de Castilla-La Mancha. Plan Astra

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Cartas al director
PARTIDO POPULAR / Guadalajara
Hace unos días comenzaba a funcionar el Plan Astra, cuyo fin era facilitar la comunicación de diferentes municipios de la provincia, con la capital. Este proyecto, abanderado por la Junta de Comunidades, es hoy noticia por la nefasta gestión que de él ha hecho desde el principio la administración regional y porque a través de él el Gobierno de José María Barreda está discriminando a muchos pueblos de la provincia de Guadalajara.
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha ignorado completamente al Ayuntamiento de Guadalajara, ha desoído todo lo que éste tenía que decir y, con su actitud impositiva e intolerante, está tratando de “pisotear” los intereses de los vecinos de Guadalajara. No se entiende que la Junta de Comunidades haya puesto en marcha este Plan, sabiendo que cuestiones como la ubicación de las paradas eran inaceptables para el Ayuntamiento de Guadalajara, y que éste, en defensa de los intereses y seguridad de sus vecinos y usuarios, no iba a tolerar que el Gobierno regional hiciera lo que quisiera en la ciudad.

El punto de desencuentro entre el Gobierno de Castilla-La Mancha y el Ayuntamiento de Guadalajara es, precisamente, ése: las paradas. Los responsables regionales se atrevieron a firmar públicamente un convenio con los ayuntamientos incluidos en el plan (a excepción del de Guadalajara, que fue deliberadamente excluido) donde figuraban paradas en el Hospital y la estación de tren, emplazamientos que no han sido autorizados por el Ayuntamiento de la capital. Lo de la Junta fue un ejercicio de soberbia sin precedentes. Pocas veces hemos asistido a un talante tan dictatorial como éste.

La negativa del Ayuntamiento a que los autobuses, por el momento, no paren en el Hospital ni en la estación de tren, lejos de ser caprichosa, está sobradamente argumentada y razonada.

Todos los ciudadanos de Guadalajara conocen perfectamente los importantes problemas de tráfico que presentan estos dos puntos, circunstancia que impide que a la hora pasen por ellos más de 35 autobuses (cifra a la que asciende la suma de los autobuses del Astra y los urbanos).

El estado de Francisco Aritio, de titularidad regional, es nefasto, y esto, unido a la importante densidad circulatoria que acumula, desaconseja que en esta vía puedan parar los autobuses del Astra, que se sumarían a los urbanos.

El caso del Hospital es, si cabe, todavía más grave. El Gobierno de España tiene paralizada la obra de la N- 320 desde hace ya un año y no hay visos de que los trabajos se reanuden a corto plazo. Esto está ocasionando importantes problemas circulatorios en la zona, que se están viendo notablemente acrecentados dado que, además de los autobuses urbanos que tienen que parar allí, lo hacen también los autobuses del Astra. De hecho, durante los primeros días de funcionamiento del Plan, en ese punto, que está en obras, han llegado a coincidir hasta seis autobuses simultáneamente, lo que ha ocasionado cortes de tráfico, incluso, en la N-320.

Se da la circunstancia de que existen informes técnicos municipales de empresas especializadas en movilidad que también desaconsejan la parada de los autobuses del Astra en el Hospital y la estación.
Y por si fuera poco, la decisión del Ayuntamiento está avalada también por la Ordenanza Municipal de Circulación, que dice textualmente: “Con objeto de evitar molestias al vecindario por ruidos y al tráfico en general, la recogida y bajada de pasajeros de forma colectiva o en grupo en los autobuses de servicio discrecional, se efectuará exclusivamente en la estación de autobuses”.

De todo esto se deduce que los intentos de la Junta de hacer creer a la opinión pública que lo que quiere el Ayuntamiento de Guadalajara es perjudicar a los ayuntamientos del Astra es completamente falso. Muy al contrario: quien trata de perjudicar constantemente a los vecinos de Guadalajara y a sus intereses es el Gobierno regional.

El Ayuntamiento, lo único que ha hecho, es exigir el cumplimiento de una Ordenanza Municipal y hacer cumplir la Ley, para evitar perjuicios a los vecinos de Guadalajara.
No obstante, siempre se ha mostrado abierto al diálogo y a la negociación con el fin de buscar una solución al conflicto, y ha sido la Junta la que no ha tenido ninguna disposición a poner punto y final a su ofensiva contra el Ayuntamiento.

En este sentido, cabe subrayar que el Ayuntamiento ha dicho “sí” a que los autobuses paren en el Hospital y en Francisco Aritio (estación), pero es necesario que se construya en el Hospital una zona específica fuera de la calzada para la parada de los autobuses, la reforma integral de la estación de autobuses de Guadalajara, la reforma integral de Francisco Aritio y el establecimiento de una tarifa única que permita la utilización de los autobuses interurbanos y del transporte urbano. Son acciones que dependen de las administraciones socialistas.

Por otro lado, es denunciable la discriminación del Gobierno de Castilla-La Mancha con otros municipios de la provincia. ¿Por qué la Junta sí quiere que tengan parada en el Hospital y en la estación de tren los autobuses procedentes de pueblos como Quer, Villanueva o Cabanillas, y excluye a otros como Chiloeches y Horche? ¿Por qué se empeña en diferenciar entre lo que para ella son pueblos de primera y de segunda?
Es loable la actitud del Ayuntamiento de Guadalajara, que no se ha amilanado ante la imposición y la injerencia de la Junta, y que, por encima de todo, está tratando de defender los intereses de sus vecinos, quienes se están viendo “pisoteados” por el Gobierno de Castilla-La Mancha.
El Ayuntamiento de Guadalajara defenderá hasta el final a sus vecinos frente a los constantes ataques de la Junta y su intención de perjudicarles.