El Marchamalo sobrevive a los avatares del destino

05/03/2017 - 19:38

El Marchamalo y el Quintanar firmaron tablas después de un partido marcado por la mala actuación de Cuesta García-Muñoz. Un Cuesta García-Muñoz que casi se queda solo después de todas las tarjetas que mostró.
    El Marchamalo concurría con siete bajas y, a pesar de ello, fueron los primeros en ver portería. Era el minuto 12 cuando Cabanillas aprovechaba un rechazo de Jiménez para besar las mallas después de superar con su disparo a tres rivales. Antes, Rober había dejado solo a Aitor ante Jiménez, pero el portero ganó la partida al delantero con la mala suerte de que dejó el balón muerto en los pies del ‘killer’ gallardo.
    El gol era una contestación al primer acercamiento quintanareño sobre la portería de Tomás y que Escoms tuvo que sacar de cabeza. Tras el tanto, los locales se dispusieron a conservar su renta intentando replegarse atrás y salir a la contra. De ahí que el Quintanar comenzase a dominar el balón. Primero sin acercarse mucho a las inmediaciones de Tomás, después generando poco a poco cada vez más peligro. En el 29, Glody a la media vuelta mandó el esférico por encima del larguero. En el 40, el Quintanar pidió penalti por mano de Dani Ro en una acción a balón parado. Y en el descuento, llegó su mejor ocasión. Bolero recogió un balón suelto en la frontal y lo empaló obligando a Tomás a estirarse y a brindar al público de Marchamalo su primera gran parada de la tarde.
    La segunda, llegaría en la segunda parte y después de la expulsión de Aitor en el minuto 51 por dar un manotazo a Collado en la medular. Tomás sacaría la manopla a un cabezazo del propio Collado que se colaba en la jaula. Era el minuto 56 y comenzaba el embotellamiento visitante. El problema para el Quintanar es que sus rivales se habían repuesto bien a la inferioridad numérica y le buscaban las cosquillas en la contra. De hecho, era el Marchamalo el que, a pesar de las siete bajas y de la expulsión, el que estaba teniendo los mejores minutos. Defensa férrea, mente fría y contras acertadas. En el 70 sin ir más lejos un pase largo de Bata dejó a Lucas solo en dirección a la portería. Fue en ese momento cuando López le derribó en la frontal y el banquillo del Marchamalo a coro pidió la roja para el defensor quintanareño. Sin embargo, el árbitro no se la enseñó a López, sino a Juli, el portero suplente gallardo, y a Andrés García, que aunque no la vea, como dicen las reglas, se tuvo que ir al vestuario. Comenzaba la fiesta arbitral.
    En cualquier caso, el Quintanar tenía una más y, como no llegaba por juego a las inmediaciones verdes, lo hacía a balón parado. Y aún así no conseguía rematar. Ni siquiera tras una jugada de Pablo y Caín en el 83 en la que llegaron a línea de fondo, chutaron. De hecho, solo chutaron en el penalti que les ofreció el colegiado en el 88 por una supuesta mano de Illana en el área. Antes, Tomás había salvado a su equipo en el último arreón visitante, pero no pudo hacer nada ante la transformación de Pablo, muy ajustada al palo.