El negocio de La Camada
01/10/2010 - 09:45
CARTAS AL DIRECTOR
ANTONIO CORCOBADO CÓRDOBA. Madrid
Hace unos meses quise adoptar una perra a través de la Asociación Protectora de Animales La Camada. Al principio todo fueron buenas palabras, hasta que el día que me entregaron el animal elegido me dijeron que tenía que pagar 90 euros, sin darme ningún tipo de factura o justificante.
Yo me pregunto, si es una asociación sin fin de lucro, subvencionada por el Ayuntamiento de Guadalajara y que presume de trabajar gratuitamente ¿por qué me venden la perra por 90 euros? Esto mismo se lo trasladé tanto al Concejal de Medio Ambiente, Lorenzo Robisco, como a su asesor, Paco Úbeda, sin recibir solución alguna hasta el día de hoy. Han decidido mirar para otro lado.
La perra me la entregaron enferma y a los pocos días la llevé a la Clínica Veterinaria que me indicaron, a las pocas semanas otra vez se puso enferma y cuando fui a recogerla me dijeron que la habían devuelto a la Asociación La Camada. De nuevo hablé con ellos y se negaron a devolverme la perra que compré sin explicación alguna.
Además, tengo el convencimiento que esa Asociación no se dedica tanto a la adopción como a la venta de animales. Incluso, mi perra nació allí, lo que me hace suponer que se dedican también a la cría de animales con fácil venta al público. Estas cosas no deberían ocurrir y el Ayuntamiento de la ciudad debería hacer algo para evitar que más ciudadanos se sientan engañados como me ha ocurrido a mí.
La perra me la entregaron enferma y a los pocos días la llevé a la Clínica Veterinaria que me indicaron, a las pocas semanas otra vez se puso enferma y cuando fui a recogerla me dijeron que la habían devuelto a la Asociación La Camada. De nuevo hablé con ellos y se negaron a devolverme la perra que compré sin explicación alguna.
Además, tengo el convencimiento que esa Asociación no se dedica tanto a la adopción como a la venta de animales. Incluso, mi perra nació allí, lo que me hace suponer que se dedican también a la cría de animales con fácil venta al público. Estas cosas no deberían ocurrir y el Ayuntamiento de la ciudad debería hacer algo para evitar que más ciudadanos se sientan engañados como me ha ocurrido a mí.