El negocio de la muerte

29/07/2011 - 18:49 FERNANDO MADRID GUTIÉRREZ

Nada se salva a las garras del capital, ni los muertos. El fallecimiento de Amy Winehouse, una mujer que, por cierto, nunca ha transmitido ningún mensaje positivo a la humanidad más que el detestable procedente del glamour, el vicio y la droga, ha impulsado a esta mujer de personalidad débil al pódium de los muertos más famosos. Incluso parece que está alcanzando una mayor repercusión que la de Michael Jackson. A título póstumo, todos se convierten en ídolos, hasta personas como la que estoy hablando. Y, ya de paso, su compañía discográfica gana algo más de dinero.