El nuevo rostro del capitalismo

08/04/2016 - 20:14 Jesús Fernández

El capitalismo es un humanismo y como tal debe ser renovado y regenerado constantemente.

El capitalismo es un humanismo y como tal debe ser renovado y regenerado constantemente. La economía forma parte de él, pero es algo más que  economía a la que se culpa de todos  los defectos, abusos y  males del mismo. En una visión más cultural que estrictamente económica, algunos autores, jugando a profetas, han hablado del postcapitalismo como la nueva etapa que nos espera.  Nosotros  preferimos hablar del nuevo capitalismo reflejando sus identidades y diferencias con el anterior.
En primer lugar, proyectando prejuicios y complejos, algunos han hablado del capitalismo dogmático donde todo era imposición rígida. Ahora, por el contrario, vemos que las  reglas y leyes de la economía son muy flexibles y caminan en dirección inversa a la anterior. En el discurso financiero, ha cambiado el precio del dinero, su circulación, los intereses pagados, los costes de las materias primas, la globalización del mercado, la deslocalización y separación de la producción y de la distribución, la función social de la propiedad privada y de la riqueza, comenzando en el empleo. No creamos, sin embargo, que al capitalismo no le esperan grandes desafíos, comenzando por los deberes morales para con la población, con la justicia social, con la igualdad de oportunidades, con la pobreza, con el hambre en el mundo. El mayor enemigo tanto del capitalismo como de su competidor  el socialismo es el hombre mismo.     
Como consecuencia de estos nuevos intentos de regeneración,  entramos en una fase peligrosa de recomendar y favorecer el consumismo feroz e impulsivo. Devorar bienes, estimular la demanda, piensan algunos, que favorece su producción y crecimiento, abarata los precios y rebaja la “ratio” del acceso a la riqueza ampliando la clase media y aumentando su poder adquisitivo. Se pretende conseguir la igualdad “a posteriori”, es decir, no tanto en la producción sino en el disfrute y disposición  de lo producido. Ser iguales al final de la carrera no significa haber hecho una carrera igual.
Caminamos hacia un capitalismo más respetuoso, moral y social que, en nuestro caso,  significan lo mismo. Lo único fijo o rígido  que hay en el capitalismo es aquello que no domina ni le pertenece por ser contrario a su regulación como es la libertad humana. El capitalismo es libertad imprevisible. Lo único desenfrenado es la libertad. Hay que educar para  la moderación dentro de la libertad. Tan peligroso  puede  ser un capitalismo feroz como un feroz anticapitalismo. Lo que trae la crisis a ambas opciones es el poder político. Ha sido vislumbrar el poder en el horizonte, tocar el cielo con el dedo, y los anticapitalistas ya entran en crisis, disputas y divisiones. Les traiciona su ambición cuando sólo deja de ser oculta pero no deja de ser ambición. El nuevo capitalismo de clase media no es un capitalismo a medias sino renovado completamente en base a los principios el humanismo occidental.