El omnipresidente

13/12/2010 - 00:00 Fermín Bocos

 
Visto el despliegue, la intensidad, el recorrido y los ademanes presidenciales que aparejan las recientes actuaciones del vicepresidente Pérez Rubalcaba, media España interpreta que es el sucesor no proclamado de Zapatero. La otra media, probablemente, aguarda a conocer el resultado de las elecciones municipales y autonómicas para despejar la incógnita. Más que en las intervenciones mediáticas relacionadas con el conflicto de los controladores y la declaración del estado de alarma, para los observadores de la cosa pública ha sido el mitin de Valencia -programado para apoyar al candidato socialista de la zona-, en donde Rubalcaba actúo con hechuras y guión de líder de partido. En este tipo de actos, cuando se da la circunstancia de que no asiste el presidente, por lo general los participantes acostumbran a nombrarlo asociando su suerte, por elevación, a la del ausente. Es un antiguo y muy arraigado reflejo del culto a la personalidad siempre presente en las organizaciones jerarquizadas. No he leído en las crónicas valencianas, que daban cuenta del mitin de Rubalcaba, mención alguna a Zapatero. Es un dato a tener en cuenta. No digo que sea trascendente. Me limito a señalar que el omnipresente vicepresidente es autor de su propio discurso político. Está claro que hoy su destino político está unido al de Zapatero, pero eso no quiere decir que siga siendo así pasado mañana, tras conocer el resultado de las elecciones de mayo.