El Palacio de Justicia de Guadalajara

22/02/2016 - 23:00 Redacción

Escenas cuando menos curiosas deja la política en el complejo momento que vivimos los españoles desde la cita electoral de la pasada Navidad. El Partido Socialista, que en noviembre no quiso estar presente en la puesta de la primera piedra del Palacio de la Justicia a la que vino hasta el ministro del sector y toda la plana del Partido Popular, ahora pide el inicio de esa obra, lo hace a un gobierno en funciones y a pocas semanas de la investidura en la que precisamente es el candidato de su formación el que aspira a la presidencia. Todo un galimatías, aunque lleve razón en que aquella foto y parafernalia fue un simple acto para la galería en vísperas de una cita con las urnas. Desde entonces ningún parlamentario popular ha vuelto a referirse al tema y un proyecto de vital importancia ha quedado en el olvido. Aunque resulte un tanto extraña por el momento concreto en que se produce la reivindicación realizada desde la oposición que tal vez sea Gobierno en pocos días, nos alegramos de que se hable del tema, vuelva a salir en los medios de comunicación y llegue a los oídos del ministro ahora en funciones y del Ejecutivo que entonces habló de que había voluntad, presupuesto y proyecto para una obra que finalizaría en 2019. Nos agradaría escuchar una explicación del Gobierno Central y de los representantes de nuestra provincia por el Partido Popular, como nos gusta saber la postura que defenderán los socialistas alcarreños si su líder llega a la Moncloa. Lo que está claro es que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en su último informe anual demandaba la creación de nuevos juzgados en la capital, que los actuales están deteriorados, dispersos y son insuficientes para atender el actual nivel de litigiosidad y las necesidades de los profesionales de la Justicia, así como que es preciso un edificio nuevo, moderno, funcional y amplio que permita concentrar las dependencias judiciales e incorporar las nuevas tecnologías al día a día de los funcionarios. Siempre es bueno que el río suene, es decir que se hable de este edificio que lleva años en el tintero y en las declaradas voluntades.