El Papa y la marca España

11/08/2011 - 18:32 Esther Esteban

En España eso de "ándeme yo caliente y ríase la gente" se lleva poco. Somos un país criticón y chismoso por naturaleza propia y también muy dado a despellejar a quien sea por cualquier motivo. Tenemos nuestros fantasmas propios que nos siguen persiguiendo generación a generación y tenemos nuestros complejos que, como son los nuestros, no queremos que nos los tosan. Uno de esos fantasmas históricos es el anticlericalismo recurrente que algunos profesan, aunque se tiren  piedras a su propio tejado. Ese anticlericalismo tan antiguo como casposo se esta vistiendo de gala para la visita del Papa.

   Resulta que  esa visita -mas allá del significado apostólico de la misma que a muchos le puede importar un pito porque no son católicos- va a atraer a España más de medio millón de peregrinos, de los cuales 340.000 ,que ya tienen pagada la estancia, vienen del exterior y van a pasar por el aeropuerto. ¡Que casualidad¡ que coincidiendo con estos días los sindicatos hayan convocado dos huelgas: una de personal de tierra de los aeropuertos y otra del Metro de Madrid ciudad conde se va a celebrar las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Yo ni entro ni salgo en  si esas movilizaciones están justificadas o no porque seguro que estos dos sectores profesionales están como todos: ¡a dos velas¡, pero  desde luego con la que está cayendo intentar  poner chinas  en las ruedas da mucho que pensar. Madrid se convertirá esa semana en el centro de atención mundial; se han acreditado más de 4.500 periodistas que cubrirán la visita de Benedicto XVI y aunque solo fuera en términos económicos y lo que el evento pueda tener de beneficio para la marca España las cosas tendrían que ir sobre ruedas. Todo eso sin contar con las manifestaciones laicistas que se han convocado con motivo de la visita sobre lo que habría mucha tela que cortar...

   España es un país de fobias y filias, del conmigo o contra mi, de intereses creados que, no se por qué, pero se transmiten de generación en generación como la peor de las herencias. Hemos visto estos días ¡otra vez¡ el reflejo de esas dos Españas donde los vecinos de Poyales de Hoyo se liaron a garrotazos al grito de ¡fachas y rojos! por la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica y la próxima semana veremos una vez mas la cara del anticlericalismo radical para intentar aguarle la fiesta a los jóvenes seguidores de Benedicto. Nuevamente entramos en la dialéctica de los "comecuras" y  "torquemadas", de quienes ven en Zapatero la cara mas  terrible anticlericalismo militante por sus leyes sobre el aborto o del matrimonio homosexual o quienes, por el contrario, dibujan a la Iglesia como la  máxima representación de la carcundia y al Papa como el gran represor, intolerante y anacrónico. Sin embargo hay muchos que no estamos ni un terreno ni en el otro, que respetamos la creencias  de cada cual y  para quienes en este momento la famosa visita es una gran oportunidad para que nuestra país se convierta en un gran escaparate del Mundo. A mi tener que solemnizar lo obvio, me da pereza y me sonroja nuestra fácil para convertir todo en un problema.