El pico de la curva

03/04/2020 - 16:37 Redacción

En Guadalajara el número de hospitalizaciones ha decrecido en tanto por ciento en los últimos días y el número de altas es mayor al de ingresos.

Llevamos casi veinte días desde la declaración del estado de alarma y las cifras diarias de contagios es la principal preocupación de los expertos sanitarios porque el aplanamiento de la curva es el indicador de la estabilización de la enfermedad, la constatación de la eficacia de las medidas de confinamiento y distanciamiento social, el primer paso necesario para su control. La evolución es desigual en las distintas autonomías. En Guadalajara el número de hospitalizaciones ha decrecido en tanto por ciento en los últimos días y el número de altas es mayor al de ingresos, pero todavía no se puede afirmar que se haya alcanzado ese punto álgido, mientras, al igual que en muchos lugares, se vive el drama en varias residencias de ancianos. Desde el lado sanitario las medidas de acción pasan por realizar pruebas más masivas para detectar casos positivos en personas que son foco de contagio sin conocerlo, seguir aprovisionando de material de protección a los profesionales sanitarios y habilitar espacios para que haya camas disponibles para atender a los pacientes por el riesgo de colapso y se está haciendo. Para los ciudadanos  la obligación sigue siendo la disminución al máximo de la movilidad para no extender más la pandemia. Todo el mundo entiende que la prioridad absoluta es la salud pública y viendo la evolución en los países que van por delante  como Italia- que este miércoles prorrogó su confinamiento- es consciente de que las medidas prohibitivas de la libertad de circulación son  imprescindibles e incluso de que esta situación se podría alargar en el tiempo durante varias semanas más porque los resultados delatan que hay partido que jugar. Debemos estar preparados para seguir  en casa y para una progresiva vuelta a la normalidad. Ahora bien, conociendo las consecuencias de tal situación es también urgente la adopción de medidas complementarias que permitan que las empresas puedan regresar a su actividad en el momento que sea sin daños irreparables y a las familias tener cubiertas sus necesidades más elementales. Y esta actuación desde el Gobierno debe realizarse con acuerdo político pues no cabe pedir apoyo sin diálogo, atendiendo las demandas de los empresarios, generadores de la actividad y el empleo, y a la vez protegiendo a los trabajadores y a las personas vulnerables. Misión compleja  en la que Europa aparece como la gran esperanza y  que requiere de capacidad de gestión.