El poder del agua

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

El comentario
C. sanz establés, Periodista
La cercana tramitación de la propuesta de reforma del Estatuto de Castilla-la Mancha en el Congreso de los Diputados, prevista para mediados de octubre, promete ofrecernos alguna que otra historia digna de enmarcar.
Para Guadalajara, si no fuera por la importancia del tema, podría ser muy divertido ver cómo se tiran los trastos a la cabeza a cuenta de la fecha de caducidad del Trasvase Tajo-Segura, prevista para el 2015, teniendo en cuenta que lo que en realidad parece importar en toda esta historia es si el agua de Guadalajara debe ser para La Mancha o para el Levante, no tanto para los pueblos más perjudicados, los de la cabecera. Barreda y De Cospedal prometen firmeza, unidad y unanimidad en la defensa del texto del nuevo Estatuto tal y como se aprobó en Toledo y esto estaría muy bien de no ser porque en el Congreso de los Diputados, que es donde tienen que tomar en consideración y aprobar la propuesta, parece que se piensa de otra manera.
Por muy importante que sea la postura de De Cospedal, en su doble condición de presidenta del PP en Castilla-La Mancha y secretaria general de los populares en España, por mucho empeño que ponga Barreda en la defensa del texto y por mucha unidad que muestren las dos partes firmes en la defensa del Estatuto aprobado en las Cortes de Castilla-La Mancha, al final lo que realmente va a contar en esta historia es la postura que adopte el PSOE como partido en el Gobierno de la Nación, con una mayoría que finalmente será la que determine si se aprueba o se rechaza el texto. Como no parece probable que los diputados nacionales castellano-manchegos rompan la disciplina de voto, el debate servirá en todo caso para poner en evidencia las contradicciones permanentes que tanto el PSOE como el Partido Popular tienen que soportar a cuenta del Trasvase.
Difícil situación la que se les presenta a los dos líderes castellano-manchegos, más a quien tiene en sus manos la responsabilidad del Gobierno por supuesto, y pondrá a prueba la fuerza de esta región en sus respectivos grupos políticos. El problema en este momento no es de partidos, rotos en este asunto, es de territorios. Y lo que todos podremos ver es un enfrentamiento territorial por el agua entre Castilla-La Mancha y las comunidades valenciana, murciana y puede que andaluza, considerando la importancia que el trasvase tiene para Almería. Hoy por hoy mejor no jugar a adivinos, pero el resultado podría tener consecuencias nada agradables para los perdedores.