¿El programa oculto o el desastre público?

14/11/2011 - 00:00 Andrés Aberasturi

 
  Sabemos que los sondeos antes de las elecciones no son fiables, que los únicos resultados son los de las urnas y bla bla bla. Pero ahí están y según avanza la campaña en lugar de equilibrar posibilidades, se va agrandando la brecha que separa al PP del PSOE y más que brecha -que si, que ya sabemos que los sondeos no significan nada- pero más que brecha, digo, lo que se anuncia es una verdadera fractura, un fracaso estrepitoso con los peores resultados del Partido Socialista en democracia.

  Es posible que a la hora de la verdad, ese 20-N para el que ya faltan días, las cosas cambien un poco y el descalabro sea menor o -todo puede pasar- ni se alcancen las peores cifras previstas. ¿Qué hará entonces, en cualquiera de los casos, Rubalcaba? Es de suponer que eso lo decidiré un congreso del PSOE que tal vez tendría que haberse celebrado hace tiempo. Pero esa es otra historia. Lo que hoy toca analizar es por qué según avanza la campaña, empeoran los resultados de Rubalcaba. Y lo primero que se le ocurre a uno es pensar que se ha equivocado radicalmente de mensaje: si lo del miedo a la derecha no funciona ya, peor ha sido lo último que están paseando por todos sitios: el programa secreto de Rajoy que ellos imaginan y pregonan a la ciudadanía como la peor pesadilla posible.

  Y claro, el problema está, el error estriba en que da igual que haya programa secreto o no del PP porque esa ciudadanía lo que si sabe es cual ha sido el programa público y desgraciadamente real de un PSOE que fue pintoresco -que no quiere decir bueno- y gastón mientras hubo dinero en caja y luego derivó en un cúmulo de barbaridades y empecinamientos que hicieron que nuestra caída en la crisis fuera más violenta y profunda que la del resto de los países.

  La mayoría de los refranes son estupideces breves, cínicas y que, además, tienen a un compañero de viaje en el refranero que dice todo lo contrario, de forma que se acierta siempre. Pues dice un refrán algo tan idiota que "más vale malo conocido que bueno por conocer". Naturalmente esta estupidez no la sostiene más que un masoquista, pero el PSOE la ha tomado como articulo de fe en la recta final de la campaña de forma que el mensaje que nos llega es verdaderamente dramático: nosotros hemos llegado a los cinco millones de parados, a un déficit insoportable, a un crecimiento cero, a una congelación de pensiones y a una bajada del sueldo de los funcionarios pero el programa oculto del PSOE va a ser mucho peor. Pues vale PSOE, pero sintiéndolo mucho, prefiero arriesgarme a lo que no conozco y mandar a hacer gárgaras a una época incoherente, llena de cosas raras, de leyes que se anunciaban porque sí y que había que llenar deprisa y corriendo sin saber muy bien de que iba la cosa (¿recuerdan lo del cambio del modelo de economía? ¿Y lo de la economía sostenible?).

  Eran leyes que el presidente anunciaba una tarde y los ministros y ministras se miraban en el banco azul con disimulo sin saber de qué iba la cosa. Ah los ministros y ministras, vaya colección de nombres sorprendentes (para ser educados, porque hay que leer los currículums de muchos y muchas de ellas: no das crédito). Y claro, el problema del candidato es que ha sido partícipe de todo este descalabro y como no puede escaparse del pasado ni anunciar una ruptura con los disparates anteriores, sólo le queda apelar con escasa fe al hipotético programa oculto del PP, que seguramente traerá mucho sacrificio, ese sacrificio que tendría que haber puesto en marcha el presidente ZP en lugar de negar la crisis y hacer gabinetes que dieran bien en las fotos.