El PSOE apuesta por Rubalcaba

 

Había una buena razón para evitar elecciones primarias a cara de perro en el PSOE. La renuncia de Carme Chacón al careo político y generacional con Pérez Rubalcaba, evidentemente forzada, asumida de muy mala gana, exime a la castigada militancia socialista de un stress añadido a la depresión postelectoral. Ese era el punto de vista del vicepresidente y ministro del Interior, mayoritariamente compartido por dirigentes nacionales y regionales a la vista del lamentable papelón en las recientes elecciones municipales y autonómicas. Sólo cuando los resultados estuvieron sobre la mesa de la Ejecutiva federal en su reunión del lunes 23, pues hasta ese momento tanto Rubalcaba como Chacón estaban dispuestos a confrontarse ante los militantes en las consabidas elecciones primarias.

   Pero después del 22-M el vicepresidente valoró ese proceso como una operación de alto riesgo para la salud interna de un partido alicaído, hasta el punto de mostrarse dispuesto a dejarle el campo libre a Carmen Chacón si Zapatero y la dirección del partido persistían en su intención de abrir el proceso de confrontación interna con esas elecciones primarias. Elecciones que, de todos modos, van a convocarse en el Comité Federal de este sábado. Ahora ya con un solo candidato, lo que haría innecesaria su celebración, salvo que aparezca otro aspirante o más.

   No parece probable. Como tampoco parece probable que vaya a más la propuesta de congreso extraordinario planteada por Patxi López, líder de los socialistas vascos, y desactivada con la renuncia de Chacón. Así las cosas, todo invita a prever que del Comité Federal saldrá un llamamiento al cierre de filas en torno a Rubalcaba, quien se convertirá en el único aspirante a encabezar el cartel socialista en las próximas elecciones generales, según todos los indicios. Una alta valoración ante los ciudadanos, superior a la de Zapatero y Rajoy, así como la adhesión, el reconocimiento y el cariño de su partido, le convierten hoy por hoy en el dirigente socialista mejor equipado para frenar al PP en la reconquista de la Moncloa. O para intentarlo, al menos.

   En la pequeña historia de un tiempo convulso del PSOE quedará la espantada de la ministra Chacón y su controvertida rueda de Prensa del jueves pasado. En la sede central del PSOE renunció pública y oficialmente a lo que pública y oficialmente nunca ostentó, aunque fuese un secreto a voces que, animada de forma más o menos explícita por Zapatero, contaba las horas que faltaban hasta el sábado para anunciar su deseo de medirse con Rubalcaba en las urnas. Eso ya no ocurrirá en primarias pero pudiera ocurrir en un congreso federal donde ya no se trataría de elegir un aspirante a la Moncloa sino un sustituto de Zapatero en la Secretaría General del PSOE. Pero esa es otra historia.

  

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