El PSOE y 'sus' magistrados del Constitucional legalizan Bildu

06/05/2011 - 00:00 Antonio Pérez Henares

 
Lo que muchos sufren en el País Vasco: la amenaza, la chulería y la prepotencia impune de los cómplices de ETA que jalan a los asesinos en calles y plaza; lo que la inmensa mayoría de la sociedad española ve diáfana y claramente, lo que está en los propios escritos de la banda: que son una criatura suya; lo que alardea Otegui desde la cárcel; lo que han dejado negro sobre blanco con documentos e informe la Guardia Civil y la Policía; lo que pregonan a los cuatro vientos esas listas que han utilizado un vientre de alquiler (en un 90 por ciento en Navarra, en más de un 70 en Guipúzcoa, un 70 en Vizcaya y un 45 en Alava están formada por "independientes" batasunos.
   En Guipúzcoa el 51 por ciento están exclusivamente, al 100 por 100, compuestas por ellos solitos); lo que la sentencia del máximo tribunal y órgano judicial del Estado Español. El Tribunal Supremo ha establecido, eso, todo eso, pero no lo han visto, no lo han querido ver, lo han arrumbado seis magistrados designados por el PSOE que tienen la mayoría política en el Tribunal Constitucional. Unos señores, que en muchos casos no son ni jueces, han decidido legalizar a las listas proetarras y el día 5 de mayo de 2011 al filo de la media noche nos han legalizado a ETA. Porque eso, en roman paladino y en verdad de las de a puño y corazón, es lo que han hecho.
   No puedo dudar, vamos que no tengo duda alguna de su independencia, no han dejado ninguna, pero podré señalar el evidente hecho de que fueron elegidos para el cargo a propuesta e instancia del PSOE. Es algo que significa y hoy más que nunca muchas cosas. Y hasta el más crédulo, y tristemente confieso haberlo sido, cae hoy en la cuenta del torticero y sibilino juego que el Gobierno, Zapatero, Rubalcaba y el PSOE han escenificado. Un mendaz doble juego. Que ha sido puesto al descubierto por sus aliados parlamentarios del PNV quienes incluso se lo creyeron y se pusieron como basiliscos tras el pronunciamiento del Supremo. Su reacción y su marcha atrás han puesto al descubierto la verdadera intención y la trampa ZP.
   El PNV pasó de tronar y amenazar al PSOE a una confiada espera de la "sentencia agradable" de Madina y López, tras la tranquilizadora charla con el presidente Zapatero, donde no hace falta dote de adivinación alguna para barruntar lo que este le trasmitió al enfadado Urkullu, que fue lo que este, sin ambages, trasmitió a su salida: que bueno, que tranquilos, que a esperar al Constitucional. Vamos que el Constitucional lo arreglaría. O sea que el vasco destapaba la jugada socialista a cuya escenificación final iban preparando el terreno los voceros mediáticos, diputados pasilleros que en ocasiones y tan solo días antes parecían los más firmes en la exclusión de los filoetarras o al menos callaban.
  El "pase negro" se hacía cada vez más evidente: mientras aparento máxima firmeza, aladeo incluso de mano firme y dura, mientras pacto con el PP, impugno todas las listas, remito a los tribunales los informes de Guardia Civil y Policía, aliento a la Fiscalía y Abogacía del Estado, celebro la sentencia del Supremo, aunque resulta que la minoría que discrepa son los de mi "línea", mientras hago todo ello para disimular ante la sociedad, me pongo la venda y me protejo de su ira y de su herida, me reservo, me guardo, dispongo la otra mano, el verdadero mazo, la definitiva carta, la que decide el final: que ETA, ahora camuflada en Bildu logre su ansiado objetivo, el que llevan persiguiendo y proclamando: estar en las elecciones, ocupar instituciones, dominar ayuntamientos. Les entrego la papeleta y la credencial de demócratas, cuando para nada sus jefes y mentores tienen ni manifiestan siquiera la más mínima intención de entregar las pistolas.
  Doy luz verde a todas y cada una de sus listas, ¡a 254!, les abro de par en par las puertas para que sigan campando a sus anchas y con dinero público, homenajeando a los verdugos asesinos e insultando a sus víctimas, obteniendo rédito político tras los crímenes ni siquiera repudiados ni condenados, sino entendidos como heroica lucha. Legalizo a ETA. Eso es lo hecho, el acto perpetrado y bendecido. Y lo ha realizado así, arteramente, para intentar que nos lo traguemos, para minimizar en lo posible sus responsabilidades, para aparentar que estaban en contra, para aminorar los daños de la indignación de las gentes. Haciendo como que se lava, este Pilatos ZP, unas manos que en realidad se está frotando. Dije hace mucho tiempo y he repetido en todos los artículos e intervenciones de radio y tv: la prueba del nueve es la presencia o no de ETA en las instituciones. Si está finalmente no habría duda: este sería un Gobierno indigno.
  Y quería creer que no sería así, hasta el último momento. Siempre quise confiar aún contra lo que me dictaban los indicios, la razón y los antecedentes, en su voluntad y tras su pésima experiencia con el malhadado Proceso de Paz. Pero al final se ha consumado. Y yo ahora lo reitero y lo afirmo: este es un Gobierno indigno que ha legalizado a ETA, escondiendo cobardemente la mano tras sus magistrados de oficio y nos la ha metido otra vez en los ayuntamientos.