El rescate griego de nunca acabar

11/02/2012 - 00:00 Carmen Tomás


   Pasito a paso el IBEX iba escalando posiciones. Con altibajos, pero decidido a alcanzar los 9.000 puntos. Es verdad que algunos de los grandes no acaban de arrancar y que los bancos dan aún un poquito de miedo. En todo caso, el selectivo español acumulaba ya cuatro semanas de avances. Sin embargo, la pasada se truncó el sueño.

  La causa desgraciadamente la misma que hace ya demasiado tiempo. Grecia no acaba de convencer y su rescate se está convirtiendo, a juicio de los expertos, en un auténtico calvario que nos arrastra sin solución de continuidad. Ahora, vuelven los temores porque los partidos de la oposición no tienen claro aprobar los ajustes. Como diría mi amigo Federico, si no es Juana es su hermana. Y, lo peor, es que no sólo está dañando la escalada de nuestro IBEX sino que también ha sufrido la prima de riesgo y el tipo del bono a 10 años que de nuevo se puso por encima del 5 por ciento. España está haciendo sus deberes, las reformas que necesita para salir de la paralización actual.

  Los mercados están aplaudiendo tanto la ordenación del sistema financiero como el compromiso con la austeridad de las cuentas públicas. Ahora veremos qué camino toman una vez que ya se ha aprobado también la profunda reforma del mercado laboral que el Gobierno aprobó el pasado viernes. Una reforma que acerca su mercado laboral a la que rige en los países de nuestro entorno y que unida a las demás puede realmente taponar la sangría del paro, especialmente de los jóvenes que ronda el 50 por ciento.

  El caso es que el IBEX perdió un 0,72 por ciento en la semana, el volumen de negocio muy bajo, el euro fue extremadamente volátil y el precio del petróleo está en máximos de siete meses. Siempre hay razones para explicar los movimientos en las bolsas. En lo que coinciden los analistas en que la causa griega ya huele y es urgente darle un carpetazo al asunto. ¿Cuánto tiempo más vamos a estar pendientes de lo que decidan los griegos y cuánto tiempo y dinero más vamos a dedicar a salvar a un país que por lo visto no quiere salvarse?