El saqueo de la democracia
10/09/2013 - 00:00
La mujer estaba embarazada y, llegada la hora, dio a luz a una preciosa criatura a quien llamaron democracia. Todos estaban muy contentos y esperaban con gran expectación el acontecimiento. En el momento del parto, unos dragones rodearon a la mujer, ansiosos y dispuestos a tragarse a la niña para apropiarse de ella y secuestrarla. Esta es la imagen y la parábola de nuestra historia más reciente y de nuestra sociedad. Ha nacido la democracia pero inmediatamente aparecen los dragones y saqueadores que la roban. Los primeros dragones que se apropian de la democracia son los partidos políticos que la utilizan para ocupar y ejercer el poder como privilegio y no como servicio. Usurpar la voluntad del pueblo en beneficio propio. No roban sólo valores, confianza, sino también dinero, bienes y riquezas materiales. Ocupan el poder del Estado que es de ellos y para ellos. Para eso sirve la democracia. Cuando nuestros gobernantes se den cuenta de que sus horizontes y expectativas de grandeza, notoriedad, ambiciones, poderío y codicia, no coinciden ni representan nada para los ciudadanos, no interesan a nadie, entonces reaccionarán y considerarán su vida y aspiraciones como un esfuerzo vacío e inútil. Los profesionales de la política sólo se preocupan del poder o sus estrategias y no de sus ideales y valores. Sin embargo, los políticos acumulan en sus manos demasiada autoridad e influencia y disponen de ingentes recursos ajenos. Existe mucho poder en pocas manos. Hay que distribuir y diversificar atribuciones y competencias. Por el contrario, ellos ocupan instituciones y organismos con mucha capacidad de decisión y de asignación o reparto de fondos públicos. Habría que separar el poder político del poder económico. Están saqueando la democracia. El segundo dragón dispuesto a comerse la criatura recién nacida es el capitalismo burgués e insaciable. La burguesía capitalista se aprovecha de la libertad y de la democracia para determinar la producción y el mercado consiguiendo el dominio y la hegemonía en los sectores. Es la oligarquía económica. Sólo piensan en aumentar las ganancias y en el dinero.
La libertad de emprender y la amplia movilidad de capitales y de mercancías son utilizadas para la especulación y el análisis, olvidando la responsabilidad social corporativa y la función social de la propiedad privada y de las riquezas. Muchas veces los poderes políticos son rehenes de los poderes económicos formando una alianza perversa. La izquierda ideológica, marxista y totalitaria es, igualmente, un dragón que ha usurpado y robado la libertad nacida del pueblo. Ha aprovechado el advenimiento de la democracia para desarrollar y aplicar sus principios sectarios, sus persecuciones e imponer toda clase de alienación y privaciones, destruyendo el sistema de valores comenzando por la libertad y dignidad de la persona, lanzando a los ciudadanos a una guerra, a un conflicto de intereses y una lucha de clases donde el ideal social es la revolución y la dictadura del proletariado, persiguiendo y aniquilando todo lo que sea juzgado como dimensión trascendente de la persona humana. Aparecen como contrarios a la libertad pero no lo son pues predican y pretenden un exceso de la misma para que la sociedad entre en conflicto pues saben que el exceso de libertad o anarquía conduce a un comienzo y desarrollo de esclavitud que es su contexto natural y las condiciones propicias para ejercer su poder y gobierno.