El TC y la normalizacion
06/05/2011 - 00:00
La decisión sobre Bildu del Tribunal Constitucional ha dominado el clima político por encima del comienzo de la campaña electoral, al coincidir ambos hechos en los mismos minutos. La ajustada decisión del TC de autorizar a Bildu en las urnas, corrigiendo el criterio del Tribunal Supremo, es uno de los acontecimientos jurídico-políticos más importantes de los últimos tiempos. Uno recuerda bien cuando Batasuna era legal y tenía numerosos cargos electos en todas las instituciones, incluso en los años en que ETA asesinaba masivamente, como en los primeros ochentas, cuando a veces en un año morían a sus manos más de cien ciudadanos. Ahora el panorama terrorista no tiene ni punto de comparación con aquél y sólo por ese hecho la autorización a comparecer en las urnas a esa coalición debería ser tomada como algo absolutamente normal. Sobre todo teniendo en cuanta que en la coalición hay dos partidos democráticos intachables y unos independientes abertzales que han rechazado explícita y rotundamente a la violencia, incluida la de ETA.
Pero es que la reforma de la legislación electoral, pactada por los grandes partidos, haría posible la ilegalización y exclusión de aquellos candidatos elegidos que tuvieran en el futuro un comportamiento alejado de sus solemnes promesas. El Gobierno podría promover esas expulsiones en cualquier momento, algo que hasta ahora no sucedía. A las asociaciones de víctimas del terrorismo se les dan todas las seguridades de que el Estado será implacable con quienes conculquen la legalidad. Al mismo tiempo, la presencia en las instituciones de todas las ideologías y opciones debe garantizar el progreso definitivo hacia una normalización democrática y política y al final de la organización ETA, mucho más debilitada que nunca y en situación de tregua permanente. El PP ha reaccionado con serenidad a la decisión del Constitucional, pese a que una buena parte de la derecha de todos los tonos no esté haciendo precisamente lo mismo. Rajoy y su equipo deben perseverar en ese camino.