El Tercer Sector

19/06/2020 - 20:38 Redacción

 Merecen el aplauso, pero sobre todo el apoyo de las distintas administraciones y de la sociedad en su conjunto para continuar prestando con eficacia su labor. 

Durante cien días España entera está viviendo en estado de alarma una crisis sanitaria que ha paralizado la actividad económica y ha agravado la situación de las personas más vulnerables, tanto por circunstancias personales de ancianidad, enfermedad o soledad como por falta de recursos materiales. En todo este tiempo ha sido más esencial de lo habitual la prestación humanitaria de entidades como Caritas Diocesana, Protección Civil, Cruz Roja, el Banco de Alimentos, Accem o Guada-Acoge, entre otras, que con sus actuaciones e intervenciones han paliado la situación dramática de los más afectados, incluso procurando un techo a quienes tuvieron que salir de las calles,  multiplicando esfuerzos y servicios. Su labor es fundamental para atender la emergencia social de una situación excepcional que ha afectado a muchos, pero de manera más cruel a quienes menos tienen o más necesitan. El 16 de julio cuando España se una para rendir homenaje a las víctimas de esta pandemia y reconocer la labor de quienes están luchando desde sus distintas responsabilidades, estará incluido el  agradecimiento a todas estas entidades. Merecen el aplauso, pero sobre todo el apoyo de las distintas administraciones y de la sociedad en su conjunto para continuar prestando con eficacia su labor porque aunque decaiga el estado de alarma este domingo, se vaya recuperando la normalidad en la actividad productiva, figuras como los ERTE ayuden a las empresas a la supervivencia y a salvar numerosos puestos de trabajo o se hayan aprobado planes o ayudas para la reconstrucción,sigue siendo vital la existencia de estas redes de apoyo a las que muchas familias tienen que recurrir. El Pacto por la Respuesta Social que ha firmado el Ayuntamiento de Guadalajara con cuatro de estas organizaciones, la renovación de los convenios anuales  de la Diputación o la llegada de fondos del Gobierno nacional  (a través del FEGA) son ejemplos de una buena política a favor de las personas, respaldando a quienes de manera específica se preocupan de sus problemas. Además de esta reacción desde los poderes públicos y la unidad de acción, se hace necesaria también la solidaridad de las personas, empresas o colectivos menos perjudicados. Es momento de ensalzar el trabajo de los voluntarios que dedican gran parte de su tiempo a hacer algo bueno por los demás y contribuir  a permitir la intensificación de este esfuerzo por combatir la pobreza, acompañar y auxiliar a los que están solos, haciendo buena esa frase de conseguir que nadie se quede atrás por este Covid-19 que tanto repiten los políticos.