El voto ¿del cambio?
11/04/2011 - 00:00
Todos dicen ser el cambio, palabra mágica que abre el camino a las urnas. Los unos dicen serlo reiventándose, poniendo caras nuevas (es un decir) donde antes estaban rostros diferentes. Los otros dicen ser el cambio porque el péndulo electoral les favorece: ahora les toca a ellos. No he visto recetas realmente nuevas ni en uno ni en otro. Ni en las formaciones menores, asfixiadas por los dos grandes, que han interpretado y consolidado la normativa electoral a su conveniencia, veo ideas novedosas. Ni, desde luego, en los nacionalistas. Ni tampoco en esa constelación de partiditos que surgen como champiñones al calor de una carrera hacia las urnas, a ver si pescan una buena concejalía de Urbanismo. No, definitivamente el voto del día 22 de mayo no va a ser el del cambio, sino el de más de lo mismo. No han aparecido figuras nuevas, carismáticas, preparadas. Ni programas revolucionarios, acordes con los tiempos que predicen una nueva era, en la que tantas cosas van a ser distintas. La asfixia política es cada día mayor y yo, la verdad, aunque cada día cuestione más y por más razones al personaje, solamente he visto en los últimos tiempos un gesto de grandeza, el del hombre que pudiendo aferrarse al poder ha iniciado, porque a todos les conviene, un relativamente largo adiós, pero adiós al fin.
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