Elecciones, suma y sigue...

31/01/2012 - 00:00 Esther Esteban


  Aquí no ganamos para elecciones. Cuando creíamos que en el horizonte próximo solo había una cita en el calendario: la de Andalucía nos hemos encontrado con que habrá doblete y que, también, los asturianos tendrán que acudir a las urnas el 25 de Marzo.

  No voy a entrar en si convocar elecciones tan solo seis meses después de haber formado gobierno supone o no un fracaso político de Álvarez Cascos o en qué hay de cierto en que ha habido un complot PP-PSOE para asfixiar al antaño secretario general del PP y hoy uno de los hombres mas odiados en la calle Génova. Es cierto que ningún político puede desarrollar su programa si no puede elaborar su propio presupuesto y , también lo es, que hay otras muchas comunidades como Canarias, Extremadura o Aragón donde sus presidentes han tenido que llegar a acuerdos con otros partidos para garantizar al gobernabilidad. No se cuanto de odio político, enfrentamiento personal u órdago partidista hay en todo esto, pero lo que si sé es que no estamos para gastos y que cualquier campaña electoral por pequeña que sea cuesta un dineral.

  Carteles, vayas publicitarias, autobuses, aviones, hoteles, comidas, gastos de imprenta etc, etc suman siempre una cifra desorbitada que en los comicios municipales de mayo de 2011 alcanzó los 156 millones de euros. Aunque es cierto que en el pasado 20-N todos los partidos políticos se apretaron el cinturón porque el país no está para bromas, por mucho que se ahorre, el gasto siempre es excesivo. Lo razonable seria unificar las convocatorias electorales, algo que se ha plantado sin éxito en alguna ocasión, o sino es posible dar por finiquitado el modo tradicional de plantearlas dando paso a las nuevas tecnologías, mas baratas y cada vez con mayor implantación, e imponiendo sin mas los debates televisados. Los datos económicos en las dos autonomías donde se celebran elecciones son demoledores.

  En Andalucía el paro es de un 31 por ciento, la cifra mas alta de toda la Unión Europea y la deuda de esa comunidad, según dicen, alcanzará a finales de este año la impresionante cifra de 25.000 millones de euros. ¡Qué barbaridad! En cuanto a Asturias a finales del año pasado el desempleo se situaba en un 18,9 por ciento haciendo estragos entre los jóvenes menores de 25 años. El país no está para juergas y las comunidades autónomas prácticamente en la quiebra por lo que hay que apelar de nuevo a la contención de los políticos y a que miren cada euro que gastan como si lo pusieran de su propio bolsillo. Resulta agotador insistir siempre en lo mismo, incluso pretender que dejen de mirarse a su pequeño ombligo sectario y partidista por el bien de la comunidad. Aunque me sigue encantando la política, a veces siento que tanto esfuerzo baldío no merece la pena.