Elevar el nivel del debate

22/11/2010 - 00:00 Francisco Muro de Íscar

No nos merecemos algo más? ¿No necesitamos dejar al margen las anécdotas, los chascarrillos, el frikismo y hablar de lo que importa? Lo estamos viendo en Cataluña, pero es extensible a toda España. Al margen del resultado, la campaña electoral catalana no será recordada por los debates, por los programas o por las propuestas de los candidatos sino por los videos que anuncian orgasmos al votar, o que avisan de que España roba la cartera al ciudadano catalán. También tendrán su lugar el de la candidata envuelta en una toalla o el póster de los candidatos desnudos y las andanzas de la actriz porno que se hace fotos en ropa interior delante del Bernabéu o de la Cibeles. Pero el lugar más alto del podido será para el debate con mayor altura universitaria: Carmen de Mairena, creo que se llama así, vitoreada por los universitarios de la Pompeu Fabra, el más potente capital humano que ayudará a levantar Cataluña y a dotarla de inteligencia y conocimiento. Por cierto, del Estatuto no habla nadie. Salgamos de la anécdota. Necesitamos un debate de fondo sobre los asuntos que nos afectan y que nos van a cambiar la vida no ya en los próximos años sino en los próximos meses. No somos Irlanda ni Grecia ni Portugal, pero el efecto dominó va a provocar que seamos menos fuertes, que tengamos menos crédito y más caro, que venga menos capital extranjero o que se vaya el que está y que nos pongan en el punto de mira. Nadie, especialmente el Gobierno, asume sus responsabilidades. Más aún, aplaza las medidas imprescindibles que hay que tomar. Hay, al menos, cuatro debates básicos: el económico-financiero (modelo económico, reforma del sector financiero y laboral); el social (pensiones, estado de bienestar); el educativo y el político-autonómico. Nos estamos jugando el futuro de cada ciudadano y los políticos andan enzarzados en el "patriotismo" de salón, en las descalificaciones globales, en estúpidas rencillas. Por una vez, las soluciones deben primar sobre las ideologías y el interés colectivo sobre los personalismos. Esos son los debates importantes. Si el PSOE tiene la responsabilidad de gobernar, que lo haga, que tome medidas, que no las anuncie y luego las postergue... El interés de evitar un daño electoral no puede ponerse por delante de las reformas necesarias. Es posible que se salven algunas parcelas de poder, pero el riesgo es que no haya nada que salvar. Hay que exigir a los políticos que eleven el nivel del discurso, que se dejen de enfrentamientos inútiles y tomen medidas. Más de un veinte por ciento de ciudadanos catalanes siguió durante dos horas y media el, hasta ahora, único debate electoral de campaña. Hay interés. Más gente de la que parece quiere saber qué va a votar el día 28. Si los políticos vuelven a defraudarles, tal vez tengamos que sumar otro problema, el de la desconfianza, a los que ya tenemos.