En busca de la socialdemocracia

03/10/2011 - 00:00 Pedro Calvo Hernando

 

  La conferencia del PSOE, que les ha ocupado todo el fin de semana, ha servido también para conocer más al candidato Alfredo Pérez Rubalcaba. Uno se ratifica en su percepción de que se trata del personaje político más interesante y válido del actual panorama español, percepción que me consta que no es ningún descubrimiento del Mediterráneo, pues en ella está de acuerdo la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país, lo reconozcan o no públicamente. Y eso que Rajoy es lo más presentable de toda la nomenklatura popular, pero eso no significa que llegue a la altura del socialista, ni mucho menos.

   También lo sabe todo el mundo, lo digan o no. Vamos, que el propio González Pons, el de las frases geniales, lo sabe de sobra, y sus genialidades son la mejor prueba de ello, por su desmesura y su música y letra apocalípticas e impropias de un político en el ejercicio de su cargo de portavoz. Cuando se es portavoz, hay que portar la voz de la inteligencia, de la verdad y del respeto hacia todos, empezando por sí mismo y terminando por sus electores, pasando por sus adversarios.

   Rubalcaba ha sabido muy bien y con toda la inteligencia política dirigirse a los sectores desencantados del electorado socialista, buscando la ideología, el lenguaje y las fórmulas propias de la socialdemocracia, que es lo que había llevado a su partido al poder durante tantos años en la nueva historia de la democracia española, una democracia de mayoría progresista, pero formada por gentes mucho más exigentes con sus gobernantes que el partido de la derecha, en el que es más corriente tragárselo todo con tal de verse en el poder.

  El candidato socialista lo sabe mejor que nadie y por eso intenta a toda costa la recuperación de los desmovilizados, que son muchos y muy difíciles de removilizar. Si lo consiguiera, haría imposible la aplicación en su contra de esa ley no escrita de que las elecciones no las gana la oposición sino que las pierde el Gobierno. En cualquier caso, el resultado depende de que el electorado socialista vaya o no en bloque a votar, como hace el electorado de la derecha .