En el ecuador de la campaña

14/05/2011 - 00:00 Carlos Carnicero

 
La tragedia de Lorca ha irrumpido en la campaña electoral como un bisturí, seccionándola por la mitad: ahora hay que saber si esa desdicha tiene sutura y se puede continuar con la fiesta de la democracia o con la bronca de los partidos. Las elecciones municipales debieran ser las más entrañables, porque se supone que es donde los candidatos están más cerca de los ciudadanos. En Madrid, los llamados medios de comunicación nacionales, tienen serios problemas para acordarse de que España no es sólo su capital; en cada comunidad, en cada pueblo, hay un forcejeo entre quienes quieren gobernar y sus ciudadanos que es muy directo y cercano. Mariano Rajoy estaba interesado en convertir estas elecciones en primarias o antesala de las nacionales; incluso ha moderado su lenguaje y sus gestos, dejando el trabajo más duro para sus subalternos. Por fin quiere dar la impresión de estadista, aunque no se si está a tiempo para cambiar el papel. Y da la impresión de que el presidente Zapatero ha tenido un ataque de narcisismo de despedida, queriendo reivindicar una gestión cuyas luces son difíciles de percibir en medio de la crisis.
  El caso es que al final, el debate que más se percibe es el nacional. El PSOE está echando el resto en este fin de semana, el último de la campaña, intentando atemperar la catástrofe que se avecina. Ahora mismo, para la cúpula socialista son más importantes las consecuencias que los resultados mismos. El día 22 por la noche se sabrá si son viables unas primarias desde la tragedia o hay que reinventar el partido socialista del postzapaterismo, lejos todos aquellos que son corresponsales o cómplices del descalabro.
  Si el PSOE quema generaciones a la velocidad que nos tiene acostumbrado, a lo mejor tenemos que ir a las escuelas a realizar primarias para que aguanten un poco más que dos legislativas. La profesionalización de la política está haciendo estragos en quienes se incorporan a una nómina de partido casi adolescentes y se retiran cuando antes se salía de la mili. En todo caso, una vez celebrados los funerales en Lorca, a los partidos les toca echar el resto en un ambiente que es de pasotismo. La abstención será la clave, y me temo que no será un dato menor.