En nombre de la estabilidad
28/03/2011 - 00:00
A las terminales políticas y mediáticas de la derecha nacional no les ha sentado bien que los grandes empresarios hayan ido a Moncloa a recomendar al presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, que procure taparse los oídos frente a quienes le soplan que los males de la economía nacional desaparecerían con la convocatoria anticipada de elecciones generales.
En línea editorial el periódico más esforzado en pregonar la bancarrota socialista se ha rasgado las vestiduras porque la elite empresarial se meta donde no le llaman al aconsejar a Zapatero el agotamiento de la Legislatura. Y califica de "error de fondo" que los grandes empresarios, a los que tacha de "oligarquía económica", nos quieran marcar el calendario político a los españoles.
Da pereza explicar lo mucho que puede influir el calendario político en la dinámica económica y empresarial de un país. La misma pereza que da defender la legitimidad de los grandes empresarios españoles, con importantes intereses dentro y fuera de nuestras fronteras, para valorar el impacto de una decisión política en el devenir de la economía nacional.
Por ejemplo, la convocatoria anticipada de elecciones generales.
¿En qué cabeza puede tener mal acomodo el hecho de que los grandes empresarios no quieran para la economía factores de inestabilidad como la celebración de unas elecciones anticipadas en pleno proceso de reformas encaminadas a mejorar la estructura de nuestro sistema productivo?
En lo que sí ha habido coincidencia general es en considerar el encuentro de la elite empresarial con Zapatero en Moncloa como una enmienda a la totalidad de la estrategia política del PP. O, al menos, su planteamiento principal, que consiste en creer y hacernos creer que el anuncio de la retirada de Zapatero como candidato y la convocatoria de elecciones generales anticipadas, cuanto antes mejor, es el mejor remedio para acelerar la remontada de la economía nacional.
Por mucho que el líder del PP, Mariano Rajoy, se esfuerce en resaltar su sintonía preferente con los pequeños y medianos empresarios, con los que se reunió este lunes, debe ser incómodo que los más "poderosos" del tejido empresarial revienten el discurso del acoso y derribo a Zapatero elaborado por el estado mayor del el PP. Eso hicieron el sábado pasado unos cuantos de los grandes empresarios convencidos de que la convocatoria anticipada de elecciones generales no es la purga de Benito contra los males de la economía.
Una alegría en casa del pobre, aunque ni tan pobre ni tan sólo. La propia elite empresarial le indica la localización exacta del palo mayor -el proceso de reformas-, por si necesita amarrarse cuando se sienta aturdido por el quinielismo sucesorio o quienes le piden que pite ya el final del partido.