En solidaridad con Juan Solo

11/06/2015 - 23:00 Blanca Calvo

Leí hace años que entre las cosas que más felicidad dan a los españoles están la radio, la lectura y la familia, y yo debo de ser una española muy típica porque las tres me proporcionan momentos muy felices. Por lo que respecta a la radio no sólo disfruto escuchándola. Mi llegada a Guadalajara, hace más de tres décadas, fue casi coincidente con la apertura de la emisora local de la Ser. Los jóvenes que iniciaban ese proyecto radiofónico me propusieron colaborar con ellos y desde entonces no he abandonado los micrófonos, unas temporadas en una emisora y otras en otra. Siempre tratando de contagiar el placer de la lectura y siempre sin otro pago que el placer que me daba hacerlo. Cuando me jubilé, hace casi dos años, la Ser de Castilla-La Mancha me propuso hacer una colaboración de alcance regional, y dije que sí sin dudarlo. Han sido casi dos años de pequeños placeres semanales y de complicidad con Sara y Daniel, los periodistas con los que he hecho el programa. Me encantaría que las personas que lo hayan escuchado alguna vez se hayan sentido un poco más felices gracias a la propia escucha de la radio o a la lectura de alguno de los libros que hemos aconsejado. Esto es una despedida triste. Me gustaría seguir haciendo el programa porque me encanta contribuir a que la lectura tenga un espacio fijo en las ondas. Pero hace unos días la empresa propietaria de la emisora ha despedido a un periodista de mi ciudad, Juan Solo, que trabajaba en ella desde hace veinticinco años y al que todos sus oyentes considerábamos la voz de la Ser en Guadalajara. Sé que el suyo no ha sido el único despido: en otras capitales de nuestra región otros trabajadores han sufrido ese mismo trato. Me encantaría seguir haciendo el programa, pero no quiero seguir colaborando con una empresa que tiene una política de personal tan despiadada. Yo también soy Juan Solo y me despido.