Entrevista coral

18/01/2014 - 23:00 Luis Monje Ciruelo

No creo que nadie me niegue conocimiento del tema, después de mi libro Alcarreños de la Transición, para comentar la entrevista de la presidenta María Dolores de Cospedal con veinte periodistas de la región, entrevista que nuestro periódico ha calificado de “coral”. Al pronto, pensé en un grupo de personas, ordenadas por sus voces, que se habían reunido con nuestra presidenta regional para cantar. Luego vi que se trataba de una entrevista en grupo, lo que no todos los políticos están dispuestos a hacer. Yo participé en algo parecido en 1979, siendo presidente preautonómico Antonio Fernández-Galiano, de UCD. Claro que era jefe de su Gabinete de Prensa. Y era yo el que convocaba a mis compañeros. Hace falta mucha confianza en sí mismo, y una gran talla personal (la que tenía Fernández-Galiano, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Central, y también María Dolores de Cospedal, abogada del Estado, para enfrentarse a veintitantos periodistas de todos los colores, convocados para preguntar libremente, cuando es sabido que hay preguntas que a la vez son una crítica o una acusación).
En mi larga experiencia de entrevistador he comprobado que el encuentro no suele desarrollarse de igual a igual: o el entrevistado se siente acomplejado por si dice lo que no debe, o por cómo lo dice, o el entrevistador teme que sus preguntas no estén a la altura de la categoría del entrevistado. Eso, por ejemplo, me pasó a mi con Camilo José Cela, todavía no premio Nóbel, y aún más cuando lo ganó y alcanzó fama mundial, aunque entonces, a fuerza de entrevistarnos y de saludos en encuentros informales ya teníamos cierta amistad, hasta el punto de que en uno de sus artículos en los dominicales de ABC me citó varias veces llamándome “amigo y convecino” por su residencia en la urbanización de El Clavín. No he tenido ocasión, por mi edad, de entrevistar y, ni siquiera de saludar, a la actual presidenta de Castilla-La Mancha, pero sí a todos sus predecesores, desde Fernández-Galiano en 1978, presidente y entrañable amigo, que dimitió en 1982 porque consideraba que había cumplido sus objetivos, (una decisión poco frecuente) hasta el presidente Bono, pasando por sus antecesores. Gonzalo Payo Subiza, también de UCD, Jesús Fuentes Lázaro y José María Barreda Fuentes, (ambos del PSOE)