Erre que erre
01/10/2010 - 09:45
Por:
Editorial
El proceso para la elección de la ubicación más adecuada para el Almacén Temporal Centralizado avanza y con él las reacciones por una parte y por otra. Después de que el pasado 22 de febrero se conociera que un total de nueve municipios de cinco comunidades autónomas optaban definitivamente a albergar el ATC de residuos nucleares, según la Comisión Interministerial para la selección del emplazamiento del cementerio nuclear, ayer la Asociación de Municipios en Áreas Nucleares (AMAC) salía a la palestra para incidir en que sus dos pueblos asociados que optan a la instalación, Yebra y Ascó, son los mejor posicionados.
Pero la comparecencia pública de los alcaldes de los dos municipios junto al gerente de la agrupación, Mariano Vila dAdabal iba más allá y anunciaba que estarán vigilantes para evitar que decisiones sin fuerza jurídica ni de carácter político influyan. Se estira una cuerda en la que por un lado están los intereses de estos municipios y por otros los de los territorios en los que se localizan. Es decir, se da una nueva vuelta de tuerca a la rivalidad que se ha suscitado entre las autoridades municipales y las autonómicas en este asunto. Tanto es así, que los municipios de AMAC consideran que sus dos candidatos son los perjudicados y los chivos expiatorios de la gran batalla del ATC, en la que los partidos políticos han utilizado el silo nuclear, a su juicio, para buscar votos, y los contrarios a las centrales nucleares, para manipular la opinión pública. Se trata de la otra cara de la moneda: la de aquellos que están a favor de una instalación que, se pongan como se pongan, no cuenta sólo con la oposición política e institucional sino también social. Contra manifestaciones como la que se celebró en la capital el pasado 27 de febrero, argumentos de ese cariz se tornan poco sólidos. Aunque eso parece no ser suficiente para que no sigan, erre que erre, en su empeño.