Escenario novado

01/07/2016 - 19:30 Pedro Villaverde Embid

Las elecciones del 26J dejan un escenario más despejado, pero tampoco exento de complicaciones.

Después de seis meses de bloqueos y de vetos por un resultado electoral enrevesado, las elecciones del 26J dejan un escenario más despejado pero tampoco exento de complicaciones. La gran novedad estriba, aparte del hecho de que nadie entendería, ni los propios políticos también cansados por la situación, unas nuevas elecciones, en el hecho de que el nuevo Gobierno únicamente puede constituirse pilotando en torno al Partido Popular. Los de Mariano Rajoy fueron los claros vencedores de unas elecciones en que sumaron votos y escaños mientras el resto veía debilitada su fuerza en el arco parlamentario y por lo tanto en el proceso negociador. Dos vías se abren ahora. La de un gobierno entre los partidos constitucionalistas, que se antoja imposible, o la de un ejecutivo con los votos de Ciudadanos, PNV y CC, ya sean como sí o como abstención. Sería un Gobierno de marcado carácter de centro derecha en el que PSOE y Unión Podemos estarían en la oposición. Los socialistas serían los líderes de ésta y no tendrían que dar su apoyo al PP del que han dicho hasta la saciedad que quieren cambiar. Quedarían bien ante sus votantes y como la alternativa en futuras citas electorales. Esto no significaría evitar  una profunda reflexión interna ante la caída de votos pues están con el nivel más bajo de respaldo ciudadano desde que se iniciase la democracia y además con otra fuerza disputándoles el espacio de la izquierda. De momento las primeras declaraciones de todos los partidos manifiestan que estamos en posiciones todavía preliminares y posturas de máximos a la hora de empezar a hablar. Todos saben que tienen que llegar a un pacto pero es posible que antes vivamos una primera investidura fallida para que Ciudadanos no parezca la marca blanca del PP y después pueda argumentar que por responsabilidad de Estado en aras de la estabilidad se abstiene y pasa a la oposición con acuerdos puntuales o bien entra en el Gobierno para regenerar las instituciones. En todo caso en esta legislatura se deben afrontar reformas imprescindibles como la del Poder Judicial o la Educación que precisarán  acuerdos más amplios. Ahora se abre un proceso largo de negociaciones que debe culminar antes de septiembre. Esperemos que en esta ocasión los intereses de Estado prevalezcan sobre los partidistas y los personales.