Espacios para la música y para la reflexión

17/04/2022 - 11:25 José Antonio Herce/arquitecto

El ciclo que Siglo Futuro desarrolla junto al Colegio de Arquitectos de Guadalajara, el obispado y la UAH desde hace varios años pretende llevar la música y la contemplación a lugares a los que consideramos que merece la pena dirigir una nueva mirada, y sobre los que también se impone una renovada reflexión.

Del actual Santuario de la Virgen de la Antigua, donde se celebró el primer concierto de esta nueva etapa, las críticas de los historiadores a la obra de Benito Ramón Cura y Olarte, arquitecto de construcciones civiles que tuvo que compaginar muchas veces las responsabilidades de la provincia y de la capital, así como la labor de ayudante en la dirección de varias obras de la Duquesa de Sevillano, son pareceres que se pueden haber ido consolidando con el tiempo. Menos atención parece haberse dedicado a cuestiones quizás más prosaicas del contexto de esa obra, tales como las limitaciones de presupuesto en una época convulsa en la que se reducía el número de parroquias operativas en la ciudad, los compromisos de dotar de mayor aforo y visibilidad al camarín de la Patrona de la ciudad en un solar constreñido y sobre las trazas de un templo de naves muy estrechas, y por último, las dificultades de cimentar sobre unos terrenos francamente complejos y con un fuerte desnivel, que algunos documentos reflejan de forma muy escueta y sobre los que durante siglos se vinieron haciendo reparaciones continuas que no debieron resolver nunca estos graves problemas.

Benito Ramón Cura y Olarte realizó un templo sencillo, austero y eficaz para los propósitos solicitados, con una única nave de un ancho apto para el fin que se pretendía, tuvo que invertir la orientación del templo y desarrolló un proyecto con una composición de un eclecticismo neogótico muy elemental en las fachadas pero que permite una didáctica lectura del ejercicio compositivo basado en la humilde pieza del ladrillo visto que las articula y que en este caso se basa en la utilización reiterada del número siete. Aquel concierto no fue otra cosa que un ejercicio de atención hacia un edificio denostado que sin embargo tiene un importante significado para la ciudad.

Sobre fray Alberto de la Madre de Dios (Santander 1575- Pastrana 1635), las recientes aportaciones de los investigadores vienen a ubicar a este “tracista” y carmelita en un lugar más relevante y acorde al verdadero papel que desempeñó y al volumen de obra que abarcó dentro del panorama de la arquitectura española del periodo en que estuvo en ejercicio. A Fray Alberto, y su obra en la provincia, lo ha venido estudiando otro santanderino, también muy vinculado a Guadalajara, José Miguel Muñoz Jiménez, imprescindible para el conocimiento de la arquitectura de diferentes periodos en estas tierras, en su obra La Arquitectura del Manierismo en Guadalajara y en un tiempo en que era reconocido por muy pocos.

La iglesia del Carmen (1632) integrada en el convento de los Santos Reyes de la Epifanía sirvió de marco al segundo concierto de este ciclo de la postpandemia. El tercero de los conciertos se celebró hace muy pocos días en la iglesia dedicada a Santa María Micaela integrada en el gran complejo promovido por la Duquesa de Sevillano y regentado por las RR MM Adoratrices que proyectó Ricardo Velázquez Bosco, un personaje cuya actuación en Guadalajara no gozaba de suficiente reconocimiento ni de estudios adecuados hasta que Miguel Ángel Baldellou abordó un exhaustivo análisis de su obra hace más de treinta años que luego fue auspiciado por el Ministerio de Cultura, el Museo de Arte Contemporáneo y otros organismos como el propio Colegio de Arquitectos.

En los tres casos, aunque por distintas razones, se imponen estudios complementarios que nos permitan conocer más de cada obra en su contexto y su evolución en el tiempo y más de sus impulsores, proyectistas, ejecutores y responsables de su conservación. Persisten algunas lagunas y de documentos tan relevantes como los planos del proyecto de las obras de

Velázquez Bosco en Guadalajara, seguimos sin tener noticia cierta lo que nos invita a incorporar el trabajo que han realizado quienes se han venido encargando de las imprescindibles tareas de conservación y rehabilitación.

Continuará.