Esperanzas para 2010

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Editorial
Llegado el momento de afrontar un nuevo año nada mejor que hacer balance del que tan sólo hace unos días hemos dado por cerrado. 365 días dan para muchas noticias, para muchas páginas de periódico y sin embargo, si uno mirase con detenimiento la hemeroteca se daría cuenta de que muchas de ellas se repiten en el tiempo a lo largo de los años.
Es el caso, por ejemplo, del Estatuto de autonomía castellano-manchego, la caducidad del trasvase, la prolongación del tercer carril de la A-2, la autovía de la Alcarria, el Plan Provincial de Carreteras o, incluso, el ATC. Todos son temas recurrentes que, de un modo u otro, han acaparado la actualidad informativa pero que, además, se espera lo sigan haciendo a lo largo de 2010. Sin embargo, ahora dejamos atrás otras muchas: las elecciones europeas, en las que el PP obtuvo unos inesperados buenos resultados; la retirada de las medallas de oro de la provincia y de la ciudad a Franco; la dimisión del alcalde de Loranca de Tajuña por una agresión; la del de Aranzueque; la del de Muduex; los enfrentamientos de la alcaldesa de Fontanar con su equipo de Gobierno o los cambios de banquillo de concejales en Tórtola o Villanueva de la Torre son algunos de los capítulos políticos que han marcado 2009. Pero más que de política, el año que dejamos atrás ha estado protagonizado por la economía y, concretamente, por una palabra: el desempleo. Frente al paro técnico que venía registrando la provincia en la última década, las cifras de desempleados crecían en Guadalajara al mismo ritmo que pasaban los días. Conflictos como el vivido en Avicu; expedientes de regulación que acababa en venta de empresas como Nestlé o en cambios en la ubicación de la producción como en Hitecsa; reducciones de plantilla que afectaban a empresas de todo tipo como Vicasa, Bormioli, Hispafer y, lamentablemente, un largo etc. Entre medias, infraestructuras que daban pasos adelante como la Autovía de Molina, la ampliación del Hospital o el polígono del Ruiseñor y otras obras de menor importancia que se hacían realidad gracias al Plan E. Sin duda se cierra una etapa para la provincia, y se abre un año lleno de esperanzas y proyectos que, esperemos, aunque se topen con la temida crisis sirvan para retomar el ritmo.