ETA da señales de indignación

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

TRIBUNA
JOSÉ CAVERO, PERIODISTA
“Ahora también esta segunda ilegalización llega con el correspondiente ‘premio etarra’, que ha sido doble, en Galdácano primero, y en Vitoria luego”
Empezaba a sorprender que la banda terrorista ETA pasara por alto la declaración de ilegalización del Tribunal Supremo de su área de representación en el Parlamento vasco, el PCTV o EHAK. Recuérdese que cuando, a comienzos de la semana, declaró la ilegalidad de la rama municipal batasuna ANV, la banda ETA colocó una bomba lapa en los bajos de un coche policía que, por fortuna, no llegó a estallar, con la consiguiente fortuna del policía que viajó una docena de kilómetros a bordo del vehículo.
Ahora también esta segunda ilegalización llega con el correspondiente “premio etarra”, que ha sido doble, en Galdácano, primero, y en Vitoria luego, en la pasada madrugada del sábado al domingo, y con datos cuantiosos materiales e incluso heridos. No podía pasar por alto la banda ETA esa importantísima merma de ingresos que, no de repente, porque han sido fruto de abundantes y prolijas deliberaciones y debates en el seno de la Sala del 61, pero que definitivamente, fuerzan a la banda y a su sucursal en la vida “civil”, Batasuna, o lo que quede de ella, a buscar alternativas en ayuntamientos y parlamento vasco.
En cualquier caso, ETA no quiere que pasen sin su protesta unas decisiones que les incomodan vivamente, que se han hecho esperar demasiado tiempo, y que acaso merecieron un tiempo más de gracia en virtud de las condiciones o circunstancias que propiciaron las negociaciones para el final dialogado de la banda ETA y todas sus sucursales, franquicias y restante juego sucio antidemocrático y violento. Comprobado ya suficientemente que aquellos tiempos no tienen vuelta atrás, la banda se sitúa en su propio ser y en su razón de seguir funcionando en la sociedad vasca y en la sociedad española: sólo tienen sentido en función de sus actuaciones mafiosas y terroristas contra quien no se somete a sus dictados.
Cabe suponer que la banda, incluso, se proponga “cobrar” alguna víctima mortal, para demostrar ese mismo enfado, y para demostrar, nuevamente, su condición de fiera peligrosa, aunque acosada y cercada por las instituciones, y con abundantes vías de agua en las disensiones de sus miembros encarcelados, donde nos relatan que cunde la desesperanza de lograr alguna vez sus propósitos independentistas y de alzar una república propia.
Ni siquiera el “independentismo moderado” de Ibarretxe tiene cabida, y hoy se relata que el PNV va a pedir que se abandonen esos propósitos de un lendakari que demasiado a menudo da la impresión de sentirse en éxtasis, “iluminado” y “fuera de este mundo”. Nos anuncian, en efecto, que el PNV reclamará a Ibarretxe que abandone la consulta -bastante dinero ha costado ya a las arcas públicas euskaldunes- y que el partido nacionalista vasco no incluirá la consulta en su programa electoral, para no volver a cometer un error de esas dimensiones y naturaleza.