Etarras

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por:
El comentario
Fernando Jáuregui / Periodista
Pasan cosas, incluso para un observador superficial, en el entorno de ETA y de lo que habían sido -dudo de que lo sigan siendo_ sus sucesivos ‘brazos políticos’. Que alguien como Otegi se deje grabar en una conversación carcelaria para comentar su visión despectiva de lo que ocurre en la banda me suscita muchas reflexiones; que el sanguinario ‘Pakito’, también confinado en prisión, haga lo mismo, y que luego estas conversaciones aparezcan en la prensa, me hace reflexionar mucho más: es decir, que hay un camino abierto, y no tiene necesariamente por qué ser el camino equivocado.
Quienes alguna vez hayan seguido mi discurso al respecto saben que siempre he defendido, recibiendo muchas críticas por ello, que la pesadilla etarra acabará con una negociación. Eso sí, sin concesiones como algunas de las que se hicieron en la pasada Legislatura y dando primacía a una vía policial que, en todo caso, jamás se ha abandonado. Tiene razón el ministro Rubalcaba cuando dice que la manera más segura de ingresar en prisión y pasar allí los mejores años de la juventud es hacerse miembro de ETA. Solamente la estupidez de quien entra en la banda les impide ver ese futuro tan inequívoco.

Pero ya digo, esa vía policial ha de combinarse con alguna forma de negociación. Sin rendiciones y aprovechando que ahora la banda que ha sido, y es, nuestra pesadilla durante cuarenta años está debilitada, obviamente desnortada y ha perdido gran parte de los apoyos nacionales e internacionales que tenía.

Incluyendo, pienso, el semi-santuario venezolano, donde me parece que lo único que habita es un conjunto de veteranos que ya poco tienen que ver con la organización terrorista y sí mucho con la restauración vasca; en ese sentido, me parece que algunos medios y comentaristas cargan excesivamente contra un Hugo Chávez que, como siempre, demuestra, en sus reacciones, carecer de las mínimas nociones de lo que debe ser un comportamiento democrático e incluso educado.

Va bien, de cualquier forma, la lucha contra ETA aquí y ahora. Alguna vez me he atrevido, quizá con exceso de optimismo, a vaticinar un pronto fin de ETA en cuanto que organización armada (los coletazos ‘a lo Grapo’, serán inevitables). Sigo pensando que no me equivocaba en ese vaticinio. Sería una gran noticia, la mejor, en medio del páramo de pesimismo y escepticismo general al que hemos sido conducidos, un páramo en el que estamos muy necesitados de novedades que nos den algo de oxígeno.