Eternamente España
En esta tribuna en Nueva Alcarria, proponemos que la Alcarria tenga su propia bandera, su escudo y su himno -una jota, interpretada con dulzaina y otros instrumentos que vinculan la partitura con los sonidos de nuestra tierra-, sin quitar nada al resto de símbolos nacionales, autonómicos y locales.
Las doctoras Lara llevamos toponímicamente a gala ser alcarreñas y así unificamos nuestra comarca natal (Guadalajara), de raíces familiares (Cuenca) y de residencia en muchos puentes y vacaciones (Loeches, la Alcarria de Alcalá). Ahora que hemos celebrado la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil, la fiesta de la Hispanidad (en otro tiempo se llamó Día de la Raza), efeméride que a veces enfada a personas al otro lado del charco, nos han preguntado en reportajes sobre la esencia de ser español.
Lamentamos que, en numerosas ocasiones, los personajes históricos sean instrumentalizados en aras de intereses políticos u otros fines. Siempre que derriban una estatua de algún español en América o le hacen grafitis, somos entrevistadas en numerosos medios de España, en Euronews, etc. Preferimos hablar de descubrimiento y encuentro mutuo en 1492. No justificamos lo injustificable. Cada tiempo es responsable de sus circunstancias, sí, pero el minuto actual carece de perspectiva.
Y en nuestro libro Mentiras de la Historia de España así lo desvelamos en el subtítulo: A veces las cosas no son como nos las han contado. En esta tribuna en Nueva Alcarria, proponemos que la Alcarria tenga su propia bandera, su escudo y su himno -una jota, interpretada con dulzaina y otros instrumentos que vinculan la partitura con los sonidos de nuestra tierra-, sin quitar nada al resto de símbolos nacionales, autonómicos y locales, a los que como Embajadoras de la Marca Ejército e Historiadoras del SHYCEA (Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y del Espacio), les conferimos el máximo respeto: juramos bandera en Melilla con el Regimiento de Ingenieros nº 8 en 2016. Pero como ninguna suma merma, podríamos añadir elementos que intensifiquen la unidad geográfica y comarcal, desde el orgullo de ser españoles, castellano-manchegos y alcarreños. Quizás no haya que inventar, sino que elegir, de entre el rico patrimonio etnográfico, oral, sentimental... Las zarzuelas, las seguidillas, las jotas (aspirantes al reconocimiento internacional de la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad)...
Con un estatuto de autonomía que ya ha cumplido 40 años y que demuestra la madurez de nuestra democracia, también a nivel autonómico, y una Constitución, la del 78, plenamente implementada a nivel nacional, deberíamos sentirnos felices de lo logrado. Eso sí: urge crear un archivo de la memoria oral. Pero no solo como propósito de buenas intenciones a largo plazo. Sino como realidad en fase de emergencia. Porque los dinosaurios pueden ser rescatados y estudiados paleontológicamente ahora y en unos lustros. Llevan miles, millones de años esperando... Pero nuestros mayores, ojalá se quedaran con nosotros para siempre.