Ética y moral, unidas para salir de la crisis

19/08/2011 - 00:00 Redacción

 
El Papa pasó ayer su primer día rodeado de decenas de miles de personas que se dieron cita en la misa que ofreció en Cibeles. Llamó la atención el realismo y el tono secular de Benedicto XVI, pese a sus firmes raíces teológicas. Miles de guadalajareños pudieron escuchar el mensaje claro, nítido, que mandó a la sociedad, al margen de formalismos católicos: “La crisis económica es también ética y, sin ella, la economía no puede funcionar”, les dijo. Y es que Su Santidad demostró que conoce bien el suelo donde pisa y que es consciente de la triste realidad que le rodea. Un claro guiño a la sociedad laica, sabedor de un hecho: la ética y la moral no tienen por qué ir separados; que, al margen de la religión o las convicciones morales, hay un punto de encuentro común basado en comportamientos que son los más apropiados para salir del laberinto en el que se halla. Sin embargo, en medio de este mensaje pesimista, trasladó a los presentes su confianza en que se saldrá del escollo: “Aunque haya actualmente motivos de preocupación, mayor es el afán de superación de los españoles, con ese dinamismo que los caracteriza y al que tanto contribuyen sus hondas raíces cristianas”. Se trata de una “profunda crisis de valores”, como añadió el Rey Don Juan Carlos, para cuya salida afirma que es necesario “redoblar el apoyo a los jóvenes”. Unos discursos que se produjeron tras los disturbios que tuvieron lugar el pasado miércoles en la Puerta del Sol, causados por las organizaciones laicas convocantes de una protesta contra la visita del Papa, quien, por cierto, pidió respeto por los valores cristianos. La actualidad de estos días vuelve a traer a la primera plana a una juventud crispada por la falta de perspectivas, en la mayoría de los casos con comportamientos éticos cuando se alejan de las masas, confrontada con otra ilusionada por los valores espirituales y morales, que les ayudan a ir sobrellevando la crisis. Pero, al final, todos forman parte de una aldea global en la que tiene que prevalecer el respeto hacia el que no piensa como nosotros. .