Expectativas negativas

04/02/2011 - 09:23

El paro nos ha dado esta semana otro disgusto estremecedor. En enero, el desempleo alcanzaba cifras récord en Guadalajara con 21.562 personas en la cola de las oficinas del Sepecam. Son 1.208 afectados más que en diciembre los que se enfrentan a esta terrible realidad. Meses y meses de continuas subidas en las cifras de desempleo nos hacen olvidar aquellos periodos en los que en Guadalajara no se superaban los 6.500 parados, como en 2005, año en el que existía paro técnico masculino y ejercicio en el que se convertía en la provincia castellano-manchega que encabezaba la creación de empleo. Si echamos la vista atrás, podemos apreciar como el punto de inflexión del mercado laboral se localiza en el año 2008. Aunque en el 2007 ya se registraba un incremento anual de desempleados de 1.072, en 2008 esta variable crecía hasta los 6.975. Fue sin duda el momento más negro para el empleo. Desde entonces, los incrementos anuales tampoco han sido desdeñables: entre enero de 2009 y enero de 2010, 4.944 personas pasaron a engrosar las listas de parados y, en el último año, el ascenso anual ha sido de 1.830. El mercado laboral está deprimido y la reducción en el volumen anual de afectados es sólo consecuencia de la propia limitación del tejido empresarial, que se sustenta a duras penas. Lejos de apreciarse brotes verdes, la situación laboral de nuestra provincia se marchita cada día más. Las reformas económicas y laborales no dan los frutos deseados. Y al desasosiego de los trabajadores se suma el desconcierto de nuestros gobernantes. Hace sólo un mes, desde el Ejecutivo castellano-manchego se reconocía que la cifra de 212.593 parados en  Castilla-La Mancha “no era un buen dato”, pero resaltaban “como positivo” que sectores como la construcción, o la industria “ya están acreditando un mejor comportamiento”. Que se lo expliquen a los afectados de Guadalajara, donde ambos sectores han empezado el año con 190 desempleados más.