Explosión navideña

21/12/2019 - 12:36 Pedro Villaverde Embid

Con el pregón de Javier Sanz Serrulla en la Concatedral da comienzo oficial la Navidad. 

Las rondas interpretan los villancicos de siempre, las calles se iluminan en días de poca luz, las casas se decoran con belenes, árboles, cintas y otros mil motivos, los restaurantes agotan las reservas en reuniones de amigos o compañeros, las administraciones de lotería sienten la fiebre de muchos en busca del décimo para el sorteo más compartido del año, las superficies comerciales se llenan de consumidores en busca de regalos y viandas, las familias se desplazan para reencontrarse, los niños sueñan despiertos con ese juguete que les llegará por magia, las escuelas cierran sus aulas y se abren distintos servicios que permiten la conciliación familiar, el calendario exhibe fechas en rojo y la Iglesia celebra el acontecimiento más importante de la historia, el nacimiento del mismo Dios que se hace hombre para la redención de todos. 

  Es Navidad, tiempo entrañable, momento de encuentro, solidaridad, generosidad, sonrisas y mucha tradición, desde el turrón al espumillón, la pandereta o las uvas hasta los crismas o las originales felicitaciones que permiten las nuevas tecnologías. Son días igualmente para el descanso, ir al cine, disfrutar de un concierto o un musical, participar en alguna de las muchas actividades con carácter solidario que se celebran en beneficio de distintas asociaciones, pensar en los que no tienen un techo o una persona querida con la que pasar estos momentos y emocionarnos recordando a quienes nos faltan.

La explosión de todo lo que significa y abarca la Navidad desborda, envuelve, seduce y no deja indiferente a nadie Es puro sentimiento, tristeza, nostalgia, añoranzas... para cada cual distinto en función de su situación personal y a la vez un impulso para la economía porque genera empleo, ayuda a muchos negocios a seguir adelante y genera actividad. Vivamos el encanto de este mundo que construye la Navidad, un espacio para la magia que encuentra su momento más esperado en esa noche de Reyes en la que se hacen realidad los anhelos de los más pequeños de cada hogar poniendo broche de oro a unas fiestas que dan paso a la cuesta de enero y al retorno al más crudo y duro invierno.